Desde el 1 de febrero, Donald Trump ejecutó una nueva norma para subir los aranceles a sus países fronterizos, es decir México y Canadá, desatando una serie de opiniones divididas por parte de la opinión pública y de los expertos en economía. Mientras unos estaban a favor para que los productos estadounidenses se prefieran por encima de otros, hubo quienes estuvieron en contra por lo que ello podría significar para la economía del país. En otras palabras, se formó todo un culebrón que mantenía a todos en vilo.
Sin embargo, en medio de esta problemática hubo una noticia que cambió todo, al menos por ahora. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que, tras una conversación telefónica con Donald Trump se acordó suspender durante un mes los aranceles del 25%. En su mensaje en redes sociales, destacó que la charla fue respetuosa y enfocada en fortalecer la relación bilateral, abordando temas como el refuerzo de la frontera con 10,000 elementos de la Guardia Nacional, la cooperación en la lucha contra el tráfico de armas y la colaboración conjunta en seguridad.
Pese a ello, el tema va a dar de qué hablar aún por mucho más tiempo, en especial si tenemos en cuenta que, en un mes, en teoría, regresarán esos aranceles. Por eso y muchas cosas más se habla sobre el “efecto lavadora”. Sí, aunque parezca algo raro, es un término que se puede utilizar en este tipo de ocasiones, pero que muy pocas personas conocen a qué se refiere.
EL “EFECTO LAVADORA” Y LOS ARANCELES: CÓMO AFECTAN A ESTADOS UNIDOS
Los aranceles son comúnmente percibidos como una herramienta para penalizar a los productos extranjeros, con la intención de proteger a las empresas nacionales. Sin embargo, el concepto del “efecto lavadora” muestra que esta medida también puede tener consecuencias negativas para las mismas empresas nacionales y, sobre todo, para los consumidores locales. Este fenómeno ayuda a entender cómo, al imponer aranceles, los costos de producción y los precios al consumidor pueden aumentar significativamente, afectando la economía de un país como Estados Unidos.
EL EFECTO LAVADORA: ¿CÓMO AFECTAN LOS ARANCELES A LOS CONSUMIDORES?
El “efecto lavadora” es un término utilizado para describir el impacto negativo de los aranceles sobre los precios que los consumidores deben pagar. En lugar de proteger a las empresas nacionales y fomentar su crecimiento, a menudo terminan elevando los precios de los productos importados, los cuales son absorbidos por los ciudadanos locales. Un claro ejemplo de esto fue el caso de los impuestos a las lavadoras que Trump impuso en 2018 durante su primer mandato. Según un estudio realizado por economistas como Aaron Flaaen, Ali Hortacsu, y Felix Tintelnot, los precios de dichos electrodomésticos en Estados Unidos aumentaron en un 12% como resultado directo. Aunque se crearon algunos empleos en la industria local, el costo de estos fue excesivamente alto para los consumidores, quienes pagaron un sobreprecio de aproximadamente US$820.000 por cada empleo creado.
Felix Tintelnot, coautor del estudio, destacó que “aunque se crearon algunos empleos, los consumidores pagaron un costo muy alto”. Este fenómeno ilustra cómo los aranceles, en lugar de beneficiar a los consumidores y productores, pueden causarles un daño económico directo.

IMPACTO DE LOS ARANCELES: AUMENTO DE PRECIOS Y PÉRDIDAS EN EL PODER ADQUISITIVO
No es un caso aislado. Otros estudios también han documentado el impacto de los aranceles en la economía estadounidense. Según Kimberly Clausing y Mary Lovely, economistas del Peterson Institute for International Economics, los aranceles aplicados entre 2017 y 2020 se tradujeron en aumentos de precios que recayeron completamente sobre los consumidores estadounidenses. Los productos afectados fueron diversos, desde automóviles hasta productos agrícolas como aguacates y tomates.
El T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) ha sido una base importante para el comercio en América del Norte, y la imposición de aranceles podría romper con este acuerdo, afectando tanto a las empresas estadounidenses como a las mexicanas y canadienses. El impacto de los aranceles va más allá de los productos específicos, ya que puede desestabilizar cadenas de producción y generar costos adicionales en sectores clave de la economía estadounidense.
¿QUIÉN PAGA REALMENTE LOS ARANCELES?
Es importante destacar que, cuando se impone un arancel, el primer afectado es el importador estadounidense, quien debe pagar el impuesto adicional al ingresar los productos extranjeros al país. Sin embargo, en muchas ocasiones, el costo de este arancel se transfiere al consumidor final, lo que resulta en aumentos de precios y una mayor inflación. En otras palabras, aunque los aranceles están dirigidos a los países exportadores, el verdadero impacto económico lo sienten los consumidores estadounidenses.
Como señala Inga Fechner, economista senior de Comercio Global en ING, “los consumidores cargan el costo del conflicto comercial”. Este aumento de precios puede tener efectos devastadores, especialmente en productos de consumo diario, lo que genera un impacto negativo en la calidad de vida de las familias estadounidenses.
EL CASO DE LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ Y OTROS SECTORES
En el caso de los productos provenientes de México y Canadá, los aranceles afectarían principalmente a sectores como el automotriz, la agricultura (aguacates, tomates, etc.), la industria alimentaria, y los productos electrónicos. Estas industrias son vitales para la economía de Estados Unidos, que depende en gran medida de la manufactura y el comercio con sus vecinos norteamericanos. La imposición de aranceles podría generar un aumento de precios en estos productos, afectando a las familias estadounidenses y, en última instancia, a la inflación del país.

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.