(Captura: Univision)
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Redacción EC

La guatemalteca Lourdes de León y su hijo Jeancarlo, de 6 años, son una de las numerosas historias de familias separadas al cruzar la frontera de . Ella aceptó ser deportada para volver a ver a su hijo lo antes posible pero ahora vive en mientras que su hijo sigue retenido en Estados Unidos sin ninguna promesa o fecha de ser devuelto a su madre. Su testimonio fue publicado por Univisión.

Lourdes partió con su hijo a Estados Unidos el 5 de mayo en busca de un mejor futuro. Tuvieron que realizar un duro viaje de varios días para llegar a la frontera.

“Decidí que tenía que irme de Guatemala si quería darle un mejor futuro a mi hijo, quería que tuviera educación y me hacía ilusión poder quizás comprar una casa acá en mi país”, cuenta a Univisión.

“Cuando cruzamos la frontera, nos entregamos y los agentes de inmigración me hicieron preguntas y de inmediato me dijeron que el niño se iba para un albergue y que yo iba a ser detenida. Nosotros entramos al país el 10 de mayo y al niño me lo quitaron el 12 de mayo a las 7 de la mañana”, recuerda la madre con pesar y aclara que siempre insistió a las autoridades que no la separen de su hijo.

“Una agente a la que me le acerqué a hablar me dijo que siempre tenía la opción de firmar mi deportación y pensé que haciéndolo no me lo iban a quitar, así que le dije que sí, que yo quería ser deportada con mi niño. Pero luego me di cuenta de que igual nos iban a separar. Me dieron la oportunidad de bañarlo, le dieron una ropa que llevaban ellos y la trabajadora social me dijo que yo iba a ir con un juez criminal, que me iban a llevar a Florence, Arizona, y que ahí me iba a reunir con el niño de nuevo”, relata Lourdes a Univisión.

Tal como le señaló la agente de migraciones, a Lourdes la trasladaron a un centro de detención bautizado por los inmigrantes como la “hielera”, donde cuenta que estuvo siendo alimentada por 10 días con sopas crudas y durmiendo arropada tan solo con mantas térmicas de aluminio, pero sin ser atendida por un juez criminal que determine su caso.

Posteriormente la trasladaron a otro centro de detención en Eloy, Arizona, sin que le informaran del paradero de su hijo, lo que la llevó a enviar una solicitud al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) para que le digan qué había pasado con su hijo.

“La primera vez me contestaron, me dijeron que iban a programar una llamada con el que estaba a cargo de mi hijo, pero pasaron tres días y nada pasó. Así que volví a enviar una nueva solicitud”. Lourdes tuvo que esperar 16 días desde la separación para que finalmente pudiese conversar con su hijo y se enteró que a él también lo habían enviado a la “hielera”, que se encontraba sin identificación, estudiaba de 8 a.m. a 5 p.m. y que la “mamá de crianza” (nombre que le dan a las personas encargadas de los menores) que le asignaron “lo regañaba mucho”.

(Captura: Univision)
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— Deportada a Guatemala sin su hijo —

Encontrándose en el nuevo centro de detención, Lourdes de León fue hostigada por su agente deportador y se le preguntó si quería ser regresada a Guatemala con su hijo o prefería que se entregue al menor a algún familiar que resida en Estados Unidos, a lo que Lourdes insistió en que quería ser deportada junto a Leo, por lo que llenó y firmó formularios con sus datos y los de su hijo.

“Después de llenar esos papeles me dijeron que mi deportación iba a ocurrir en ocho días y yo les pregunté que si con mi hijo y me dijeron que sí”.

Según informa Univision, la deportación de Lourdes se adelantó y en cuatro días ella iba a ser devuelta a Guatemala pero sin su hijo ya que “los trámites de deportación del pequeño no solo no estaban listos, sino que al momento de ella negarse a irse sin su hijo le dijeron que se podía detener la deportación”.

“Me especificaron que eso podía hacer que la reunificación tardara entre cuatro o cinco meses, que si, por el contrario, me devolvía a Guatemala nos íbamos a ver en menos de dos meses”, señala Lourdes.

Viendo las opciones que le ofrecía las autoridades migratorias de Estados Unidos, ella decidió firmar los papeles y volver a su país.

“He hablado con él por teléfono y él está muy mal emocionalmente, me dice que no le mienta más que los papeles se están demorando mucho, que me quiere ver y yo me siento culpable, culpable de que él esté pasando por todo esto. Hemos tenido que mandar muchos papeles para demostrar que yo soy su madre y además me han pedido que demuestre que yo le puedo dar una buena vida al niño”, comenta Lourdes con la incertidumbre de no saber qué pasará con su hijo.

“Yo le digo a la mujer del servicio social que está a cargo de Leo que me prometa que lo voy a ver antes de Navidad y ella me dice que no me puede prometer eso”, agrega.

Desde la separación de Lourdes y su hijo, ya han pasado más de un mes y no parece que las autoridades de Estados Unidos puedan ofrecerle alguna solución o una posible fecha de encuentro.

(Foto: AFP)
(Foto: AFP)

— El comunicado del ICE —

Univision informó que el ICE se pronunció sobre el caso y envió un documento donde precisa que “el 10 de mayo, la Patrulla de Fronteras de Estados Unidos arrestó a Lourdes Marianella De León López y a su hijo cerca de Yuma, Arizona, por entrar ilegalmente a al país. Pasó a custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) el 19 de mayo. El 30 de mayo, la señora De León solicitó ser reunificada con su hijo para la deportación. El 5 de junio, a la señora De León se le advirtió que sus salidas se demorarían. Se le ofreció la opción de permanecer en custodia mientras se hacían los arreglos para transferir a su hijo, pero rechazó esa opción. El 6 de junio, la señora De León firmó un formulario aceptando su deportación sin su hijo. El consulado guatemalteco también recibió advertencia de su decisión. La señora De León fue expulsada a Guatemala el 7 de junio”.

Aparentemente, el documento firmado por Lourdes, ella da la autorización para que su hijo se quede en el país "para que termine los proceso en la Corte de los Estados Unidos de América".

Según señala Laura Tuell, abogada que presta sus servicios de asistencia a refugiados en Texas, a The New York Times, el drama que vive Lourdes de León y su hijo se habría vuelto una situación trágicamente común en Estados Unidos ya que “muchas de las mujeres detenidas en la frontera han reportado haber sido presionadas para firmar la deportación voluntaria con la promesa de ser reunida con sus hijos”.

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