(Foto: Reuters)
Huracán Irma
Redacción EC

El cielo oscurecido fue iluminado por un relámpago y la cabina del enorme avión de la Fuerza Aérea de Estados fue sacudida por turbulencias durante el vuelo hacia el ojo del , una de las tormentas más poderosas que se ha formado en el Atlántico desde que se tienen registros.


Al mando del avión WC-130J de cuatro motores a hélice va el teniente coronel de la reserva de la Fuerza Aérea Jim Hitterman, quien durante los últimos 22 años ha volado al interior de entre 40 a 50 huracanes.

"Al igual que cuando manejas a través de un lavado de autos, un montón de gorilas comienzan a saltar sobre tu automóvil", dijo Hitterman, agregando que a veces las sacudidas son tan fuertes que no puede ver sus instrumentos.

El viernes y sábado Reuters acompañó a los "Cazadores de Huracanes" de las reservas de la Fuerza Aérea, que obtienen datos directo desde el centro de tormentas como el huracán Irma, que son clave para los meteorólogos de Estados Unidos y ayudan a salvar vidas.

Expertos dicen que los datos de satélites estadounidenses simplemente no bastan.

"Por satélite podemos estimar la fuerza y el tamaño del huracán. Pero solo si vas al huracán puedes obtener una medición precisa de la ubicación exacta de su centro, la estructura y sus vientos máximos", dijo Rick Knabb, experto en tormentas de Weather Channel y ex director del Centro Nacional de Huracanes.

El avión realizó cuatro pasadas por el ojo de Irma durante la misión, algunas entradas y salidas más turbulentas que otras. Su último paso fue el sábado, mientras Irma azotaba la costa norte de Cuba.

El paso de Irma sobre el territorio cubano debilitó a la tormenta de categoría 5 a 3, pero el Centro Nacional de Huracanes advirtió que espera que el huracán se fortalezca nuevamente.

El avión está especialmente equipado para recolectar datos meteorológicos y enviarlos al Centro Nacional de Huracanes, como las 10 aeronaves WC-130J del quincuagésimo tercer escuadrón de reconocimiento climático. Parte de su equipamiento es operado manualmente.

Eso incluye lanzar sensores a través de la parte baja del avión que, a medida que caen, transmiten datos de la tormenta que incluyen presión, velocidad del viento y dirección.

Durante la misión, los sensores comenzaron a fallar. La sargento Karen Moore, quien lanza las sondas desde la aeronave entre muchas otras responsabilidades como jefa de carga, dijo que no podía recibir la señal de GPS de los aparatos, por lo que tomó un destornillador y comenzó a repararlos uno por uno. Eso es algo que un dron no podría hacer.

Hitterman dijo que cree en el futuro habrá aviones no pilotados que vuelen hacia los huracanes para obtener los datos que necesitan los estadounidenses, "pero creo que aún falta mucho para eso", afirmó.

Fuente: Reuters

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