"Me amenazaron brutalmente y digité el código de acceso", contó consternada Corinne Rey, una colaboradora del semanario francés Charlie Hebdo que se encontró ayer cara a cara con los terroristas que abrieron fuego en la redacción de la revista satírica en París.
Momentos antes, Rey, una ilustradora, había recogido a su pequeña hija del jardín escolar y juntas volvieron al edificio donde funcionaba la revista. Cuando se encontraban en el primer piso del lugar dos hombres armados las interceptaron y la pesadilla comenzó.
La mujer fue “amenazada brutalmente” y obligada a marcar el código de acceso a la oficina del Charlie Hebdo, dejando entrar a los dos terroristas armados que finalmente mataron a 12 personas e hirieron a otras 11.
"Cuando estaba por entrar, vinieron dos hombres encapuchados y armados. Nos amenazaron brutalmente", explicó. "Querían entrar. Escribí el código... Le dispararon a Wolinski, Cabu. Eso duró cinco minutos. Me refugié en una oficina", agregó desconsolada.
Rey, quien se escondió junto a su hija bajo una mesa durante la matanza, dijo que los atacantes llamaron a algunas de sus víctimas por sus nombres.
De acuerdo a su testimonio, los sujetos hablaban "perfectamente francés" y "se reivindicaron como miembros de Al Qaeda".
Los hombres armados vestidos de negro que atacaron el miércoles las oficinas en París del semanario Charlie Hebdo actuaban como comandos islamistas entrenados, disparando a sus víctimas en lo que pareció una operación bien preparada.
Si bien la policía aún no atrapa a los atacantes, o explica sus motivos, videos aficionados muestran que al menos uno gritó "Allahu Akbar", "Alá es el más grande" en árabe, y dijo estar "vengando al profeta Mahoma".
Los dos principales sospechosos son los hermanos franceses Said Kuachi y Cherif Kuachi, quienes podrían estar armados y ser peligrosos, según información difundida a primera hora del jueves por la policía.
Un tercer sujeto, identificado como Murad Hamyd, de 18 años, se entregó en la comisaría de Charleville-Mezieres, una pequeña localidad en la región oriental de Champaña, dijo la portavoz de la fiscalía de París, Agnes Thibault-Lecuivre.