El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, planteará hoy y mañana en reuniones con el Gobierno de Donald Trump su preocupación por el efecto en su país de "una política masiva de deportaciones" de migrantes indocumentados desde EE.UU., aunque opinó que por el momento la situación no es grave.
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Solís, de visita en Washington, se reunirá hoy por la tarde con el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, y este viernes lo hará con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
"Tenemos una situación de migrantes en la región que tiene al menos dos fuentes: una, los migrantes que han estado subiendo hacia el norte desde el sur, de Centroamérica; y otra, que resulta precisamente de los flujos del norte hacia el sur, que pueden ser exacerbados con una política masiva de deportaciones", dijo Solís.
"A nosotros nos preocupan los dos flujos", añadió el mandatario en declaraciones a los periodistas, después de dar una conferencia en el centro de estudios Diálogo Interamericano.
Solís explicó que "Costa Rica no tiene las condiciones para aguantar una llegada masiva de migrantes que pueda superar dos o tres veces" lo que ya tienen en el país.
"Por el momento, yo no veo una situación desbocada, pero es importante alertar sobre la posibilidad de que ello ocurra para evitar males mayores a los que ya tenemos en la zona", añadió.
Aunque Solís subrayó que el migratorio es "un tema de muchos otros", consideró probable que salga a relucir en sus reuniones con Kelly y Pence.
"Si se mencionara, y creo que se mencionará, con mucho gusto trasladaré esta misma impresión, porque me parece que parte de la solución a los problemas y desafíos que tenemos todos, los centroamericanos, México, los propios EE.UU., pasan por una conversación sobre este asunto", indicó.
Durante su charla en el Diálogo Interamericano, Solís precisó que está preocupado por la confluencia entre el "aumento" de venezolanos que se desplazan a Centroamérica, los centroamericanos que vuelven a la región desde EE.UU.; y los ciudadanos de Guatemala, El Salvador y Honduras que emigran a Costa Rica y Panamá en busca de seguridad.
"Este fenómeno podría resultar exacerbado si los flujos de migrantes que llegan desde EE.UU. aumentan significativamente", alertó el presidente, al señalar la "carga" que eso supone para las instituciones y la economía costarricense.
Solís también tenía previsto hablar hoy con Kelly sobre temas de "seguridad regional", según explicó, en un momento en el que Costa Rica ha registrado un "aumento de la cocaína" que llega al país desde Colombia y un auge en los homicidios relacionado con la actividad del crimen organizado en el país.
El de Costa Rica será el segundo presidente latinoamericano en mantener contactos de alto nivel con el Gobierno de Trump, después de la reunión que mantuvo con el líder estadounidense el mandatario de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, a finales de febrero.
No obstante, Solís insistió en que llegaba a Washington en representación de Costa Rica y no de Centroamérica o de América Latina.
"La reunión con el vicepresidente Pence tiene como lógica la afirmación de una reunión que es, en lo bilateral, muy exitosa, lo ha sido, queremos que continúe siéndolo, y por supuesto, si habrá temas que él quiera colocar sobre la mesa, pues los atenderé", dijo.
"Pero en particular, no vengo aquí a abogar por Centroamérica ni por América Latina, porque sería un atrevimiento hacerlo sin haber hecho consultas con los demás presidentes", subrayó.
Fuente: EFE.
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