En su primer discurso público tras ser suspendida por el Senado para ser sometida a un juicio político, la presidenta Dilma Rousseff aseguró que es víctima de "la mayor brutalidad" que se puede cometer contra un ser humano.
"Se ha cometido la mayor de las brutalidades, que es la de condenar a una persona por un delito que no cometió", sostuvo la mandataria en una declaración ante la prensa y decenas de funcionarios en el Palacio de Planalto.
"Tal vez cometí errores, pero nunca cometí crímenes", dijo con voz entrecortada.
Dilma Rousseff también aseguró que "lo que está en juego no es apenas mi mandato, lo que está en juego es el respeto a las urnas, a la voluntad soberana del pueblo brasileño y la Constitución".
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--- Llama a brasileños a movilizarse ---
Rousseff llamó a los brasileños a movilizarse contra lo que consideró un golpe en su contra. "La población sabrá decir no al golpe (....) A los brasileños que se oponen al golpe, sean del partido que sean, les hago un llamado, manténganse movilizados, unidos y en paz", sostuvo.
"La lucha por la democracia no tiene fecha para terminar. Es una lucha permanente que nos exige dedicación constante", afirmó.
--- Suspendida en la madrugada ---
Dilma Rousseff fue apartada este jueves del gobierno de Brasil, al final de una sesión histórica que puso fin a más de 13 años del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) en el poder.
Rousseff, la ex guerrillera izquierdista de 68 años que en 2011 se convirtió en la primera presidenta de Brasil, será reemplazada por su vicepresidente Michel Temer, de 75, mientras es sometida a un juicio político.
Al final de una maratónica sesión que duró casi 22 horas, 55 senadores se pronunciaron en favor de juzgar a la mandataria y apartarla del poder por hasta 180 días. Un total de 22 votaron contra.
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Dilma Rousseff es acusada de "crimen de responsabilidad" por encubrir déficit presupuestarios y engrosar las arcas con préstamos de bancos estatales durante su campaña a la reelección de 2014.
La mandataria asegura no obstante que es víctima de un "golpe moderno" liderado por el "traidor" Temer, que durante cinco años fue su aliado en el gobierno y desde hace un par de meses se ha convertido en su archienemigo.
--- "Remedio amargo pero necesario" ---
"El impeachment es un remedio amargo, pero necesario" frente a la baja popularidad de Rousseff, el aumento del desempleo y la caída de la producción, dijo durante la sesión el senador opositor José Serra (PSDB), posible canciller del nuevo gobierno de Temer.
"Se está cometiendo una injusticia histórica. Se está condenando a una inocente", denunció el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, al defender a Dilma Rousseff ante el Senado
"Si [el golpe es] consumado, se romperá el orden constitucional", alertó.
La destitución definitiva de Rousseff requiere de dos tercios de los votos del Senado (54 del total de 81 miembros). Uno menos que los registrados este jueves, lo cual torna poco probable su retorno al poder.
Muchos cuestionan el proceso de impeachment porque una mayoría de diputados y senadores del Congreso han sido condenados o están acusados de haber cometido delitos en algún momento.
"Esto es una farsa, corruptos tratando de juzgar a corruptos. No va a solucionar nada para Brasil", afirmó en Sao Paulo un ciudadano que solo quiso dar su primer nombre, Joao Sebastiao.
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--- Día de gloria para Temer ---
Como si de un gran partido de fútbol se tratara, los brasileños siguieron los debates del Congreso desde sus hogares o en los bares, pero pocas personas salieron a las calles, contrariamente a las multitudinarias protestas del último año.
En un elegante barrio de Sao Paulo, las celebraciones fueron breves pero intensas: varios madrugadores lanzaron petardos y cohetes y se asomaron a la ventana para gritar "¡Fuera Dilma!".
"Alegría total, fue extirpado el mayor cáncer do Brasil", se congratuló en un café de Sao Paulo la joven Valeria Campi.
Llegó el día de gloria para Temer, del partido de centroderecha PMDB, quien fue hasta hace poco el número dos y escudero de Dilma Rousseff. Durante un tiempo su aliado, y ahora uno de sus principales enemigos.
Los mercados apuestan que Temer puede cambiar el rumbo de la economía del país. Pero el vicepresidente brasileño tiene una popularidad bajísima y enfrenta enormes desafíos, casi los mismos que hundieron a Dilma Rousseff.
Fuente: Agencias
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