(Foto: Reuters)
Papa Francisco
Redacción EC

El partió este lunes por la mañana rumbo a , donde los abusos sexuales cometidos por decenas de sacerdotes socavan la imagen de la Iglesia católica, expresando su temor de que "un incidente" desencadene una guerra nuclear.

Después de despegar del aeropuerto de Fiumicino de Roma rumbo a Santiago, el papa Francisco reconoció a bordo del avión al grupo de periodistas que lo acompañan que tiene miedo de que "un incidente" desencadene un conflicto nuclear.

"Sí, realmente tengo miedo. Estamos al límite. Basta un incidente para desencadenar la guerra. No se puede correr el riesgo de que la situación precipite. Por lo tanto es preciso destruir las armas nucleares", dijo este lunes rumbo a Chile, primera etapa de su sexto periplo a América Latina, que incluye también Perú.

El papa Francisco comentó de esta forma las razones por las que distribuyó a los 70 periodistas que lo acompañan una foto tomada en Nagasaki tras la explosión en 1945 de la bomba atómica con la leyenda "fruto de la guerra".

Es la misma desgarradora foto que la oficina de prensa del Vaticano publicó pocas horas antes de terminar el año 2017, en la que se ve a un niño que espera en fila su turno con el cuerpo de su hermano a cuestas para que lo cremen tras morir por la bomba.

Durante su estancia de tres días en Chile, el papa Francisco se reunirá con autoridades, comunidades indígenas, religiosos y pobres, en Santiago, Temuco (800 km al sur de Santiago) e Iquique (1.800 km al norte), donde realizará multitudinarias misas, en las que las autoridades chilenas esperan asistan más de 1,2 millones de personas.

"Ya está todo preparado para recibirlo en Santiago, Temuco e Iquique", dijo la portavoz oficial del gobierno chileno Paula Narváez.

Se trata de la segunda visita de un pontífice a Chile tras la que emprendió Juan Pablo II en 1987. "Es un país muy distinto al que conoció Juan Pablo II cuando aún luchábamos contra la dictadura", agregó Narváez.

El papa argentino, de 81 años, regresa a un Chile muy diferente del que conoció en sus años de seminarista, en la década de los sesenta. Los abusos sexuales perpetrados por cerca de 80 religiosos a menores han golpeado duramente el corazón del catolicismo.

Desde 2010, cuando se destapó el caso del influyente sacerdote Fernando Karadima, condenado por el Vaticano por abuso sexual de menores, la confianza de los chilenos en la Iglesia católica cayó en picada, hasta un 36%, según una encuesta de la consultora Latinobarómetro. El 59% de los chilenos se declaran católicos.

Fuente: AP

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