Las autoridades turcas lanzaron el domingo un inmenso despliegue policial para intentar capturar al autor del atentado contra una discoteca de Estambul, que dejó 39 muertos, incluyendo muchos extranjeros que celebraban el Año Nuevo.
El ataque, ocurrido a pocas horas del Año Nuevo, golpeó al país que en 2016 ya había sufrido una ola de atentados atribuidos grupo Estado Islámico (EI) y a rebeldes kurdos, un golpe de estado fallido y la represión posterior.
El asaltante abatió a un policía y a un civil que se encontraban delante de la discoteca, el exclusivo club Reina, informó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin.
Después comenzó a disparar contra las cerca de 700 personas que se encontraban en el lugar.
La televisión NTV afirmó que el atacante había disparado entre 120 y 180 veces durante unos siete minutos sembrando el pánico, lo que hizo que incluso algunas personas se lanzaran a las gélidas aguas del estrecho del Bósforo para escapar a la matanza.
El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que la matanza buscaba sembrar el caos, pero prometió que el país no se doblegará ante la amenaza.
Según el último balance provisional de las autoridades, 39 personas murieron, de los cuales al menos la mitad eran extranjeras, y 65 resultaron heridas en este ataque que aún no ha sido reivindicado y que el gobierno de momento no ha atribuido a ningún grupo en particular.
Durante el día, varios ministerios de Relaciones Exteriores de distintos países fueron informando las identidades de las víctimas.
Entre los fallecidos hay un ciudadano turco con nacionalidad belga, tres jordanos, tres libaneses, una joven árabe-israelí, tres iraquíes, dos indios, un kuwaití, un libio y dos marroquíes.
Un tunecino y su esposa, que tenía además la nacionalidad francesa, también se encuentran entre las víctimas mortales.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, informó que una ciudadana de su país falleció en el ataque.
El consulado de Riad en Estambul informó que hay varias víctimas sauditas, pero no entregó cifras.
El primer ministro turco Binali Yildirim no indicó si los investigadores estaban privilegiando alguna hipótesis, pero señaló que las pesquisas estaban siendo "muy minuciosas" para identificar al agresor.
"Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente", declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu.
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—'Las personas se pisoteaban'—
Los viandantes dejaban flores y velas bajo la mirada de una decena de policías armados con metralletas que seguían custodiando el lugar en la noche del domingo, constató una periodista de la AFP.
Una lona azul cubría la fachada del establecimiento, frente al cual había un charco de sangre.
"Habíamos venido para pasar un buen rato, pero todo se transformó en caos, en una noche de terror", explicó a la AFP Maximilien, un turista italiano que hacía la cola en la entrada cuando llegó el agresor.
El futbolista Sefa Boydas, otro de los asistentes a la fiesta, contó a la AFP que, conforme avanzaba para escapar de la pesadilla, las personas se pisoteaban las unas a las otras.
"Probablemente hay más (muertos), porque a medida que yo avanzaba, algunas personas pisoteaban a otras", contó.
La escena que describe refleja el pánico que cundió entre los presentes, de los cuales muchos saltaron al Bósforo para escapar de las balas.
"Hacia las 01H15, oímos disparos de kalashnikov, y nos dijimos que quizá era gente que había bebido demasiado y se estaba peleando". Luego "la gente empezó a tirarse al suelo", narró un testigo, Albert Farhat, a la cadena libanesa LBCI.
"Fue mi pasaporte lo que me salvó la vida, porque lo llevaba junto al corazón", explicó al mismo canal un libanés herido, François al-Asmar, explicando que una bala había tocado el documento.
Las autoridades turcas habían anunciado un despliegue de 17.000 policías en Estambul en el marco de los festejos del Año Nuevo.
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—El PKK se desvincula—
La matanza cristalizó los temores de que se produjera un gran atentado, después del ataque del pasado 19 de diciembre contra un mercado de Navidad en Berlín.
El ataque suscitó una ola de reacciones de indignación en el mundo. Washington, Moscú, París y Berlín, así como el papa Francisco, lo condenaron con firmeza.
Turquía ha sido objeto de varios ataques vinculados con la rebelión separatista del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o atribuidos al grupo yihadista Estado Islámico (EI) que han golpeado especialmente Estambul y Ankara.
La agencia de noticias Firat, cercana al PKK, citó a su líder Murat Karayilan diciendo que ninguna fuerza kurda estaba implicada en el ataque.
Fuente: AFP
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