Río de Janeiro (DPA). El avance de las selecciones latinoamericanas en el caída temprana de selecciones europeas, muchas de ellas favoritas al título, ha sido "fatal" para las prostitutas de Río de Janeiro.
"Si pensaba ganar 1.000, ahora sé que ganaré 100", ejemplificó Rita, de 26 años, quien "para" en un conocido bar de Copacabana en el cual contacta a potenciales clientes.
"Esta Copa de mierda nos arruinó", acotó, más directa, Laura. "Quedó toda esa 'resaca' de uruguayos, chilenos, colombianos, argentinos, no sé de dónde. No pagan nada, están 'secos', no tienen un real, lloran por todo, quieren todo gratis, por una miseria", agregó la mujer de 31 años.
Según contaron las meretrices cariocas a dpa, "todo el mundo" esperaba que, además de los estadounidenses, los europeos se quedaran más tiempo en el país, "hasta casi la final", en lugar de los "latinos".
"Acá todos nos subieron los precios: moteles, pensiones, los 'butecos' (cantinas) en los que comemos. Ahora es todo perjuicio", lamentó Rita.
Amanda, una morena que atrae todas las miradas a su paso, criticó especialmente a los mexicanos y chilenos. "Beben (alcohol) la noche entera y de madrugada se ponen insoportables, pero no sueltan el billete", reclamó.
La joven de 28 años, quien ejerce la prostitución desde hace siete años, cuenta por ejemplo que mientras los estadounidenses y los europeos pagan 400 reales (unos 182 dólares) por "programa", es decir, por una salida de no más de un par de horas, los latinoamericanos pagan "con suerte" 150.
"Es mucha diferencia. ¿Para qué los queremos aquí? Por mí que se vayan. Pero solo hay de ellos. Algún alemán por ahí contento porque hoy ganó y los estadounidenses, pero auténtica multitud, solo hay de por acá".
Todas coinciden en que los "americanos", como les llaman a los turistas de Estados Unidos, son "los mejores". "Tienen plata en el bolsillo y no la amarran".
Los uruguayos, a su vez, fueron catalogados por Rita como "amorosos", aunque tampoco son propensos, por lo que dijo, a pagar con generosidad. "Creo que de verdad no tienen dinero", opinó.
"Pero lindos, realmente lindos, para mí, son los angoleños. Tienen el color de mi piel, negro, brillante, intenso. Los africanos que sirven son los que viven aquí en Río, que trabajan en empresas grandes. Esos tienen dinero", relató Amanda.
La expectativa de las chicas en relación a la clientela durante el certamen sigue la línea de la que muchos tenían respecto a lo que sucedería dentro de las canchas. Nadie esperaba que España, Italia e Inglaterra quedaran por el camino y no avanzaran siquiera a los octavos de final.
Tampoco nadie previó que Costa Rica, la "cenicienta" del "grupo de la muerte", quedara primera e invicta en su zona; ni que los chilenos invadieran literalmente Río de Janeiro, al igual que los argentinos y en menor número los mexicanos.
Las sorpresas sobre el campo no sólo tienen efectos en el cuadro de Brasil 2014, sino que, según parece, se infiltran en cada rincón del país anfitrión, incluso dentro de las alcobas.