Apariciones, visiones y fenómenos extraños: el Vaticano actualiza sus reglas en la época de Internet

El corpus normativo ya está disponible en la página web del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Durante la presentación, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, responsable del dicasterio, indicó que “en determinadas circunstancias, no todo es blanco o negro”.

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En su intervención precisó que a veces una posible reacción divina se puede mezclar con pensamientos y fantasías humanas. Por ello, el nuevo documento busca tener una interpretación más adecuada de este tipo de acontecimientos.

¿En qué consiste?

En sus casi 20 páginas el documento señala la necesidad de tener procedimientos claros. Uno de los cambios más llamativos, según la agencia EFE, es que tras un estudio por parte de un obispo bastará un ‘Nihil obstat’ (no hay objeción) y ya no será necesaria la declaración de “sobrenaturalidad”.

Pero también se han planteado otros cinco tipos de sentencia.

“La propuesta de estas seis decisiones finales permite al Dicasterio y a los obispos tratar adecuadamente las problemáticas de casos muy diferentes entre sí de los que se tiene conocimiento”, indica el documento.

La nueva clasificación no deja de lado la característica sobrenatural o ‘supernaturalitate’ de los hechos milagrosos. El antropólogo José Manuel Sánchez, docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), señala a El Comercio que estos términos “no son opuestos ni contradictorios, son complementarios en el propósito de explicar la nueva postura que la Iglesia tiene sobre los “milagros” de aparición de la Virgen (y de otras apariciones)”.

Por lo que se conoce, serán el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y el Papa los que tengan la última palabra pare intervenir y sólo el pontífice podrá declarar la “sobrenaturalidad” de un caso.

Un proceso que toma tiempo

Este cambio llevaba varios años en espera. Señala un informe de la agencia EFE que las normas para proceder a evaluar las presuntas apariciones y revelaciones habían sido aprobadas por Pablo VI en 1978. Es decir, habían pasado más de 40 años. Fue en el 2011 que se hizo pública.

El mismo documento del Dicasterio señala que las decisiones exigían tiempos muy prolongados, incluso décadas, y solo giraba en torno a declarar la “sobrenaturalidad” o “no sobrenaturalidad”.

“Dentro de esos procedimientos se incluía, y aún se hace, largas y numerosas entrevistas a los testigos de las ‘apariciones’, para verificar datos, corroborar información de otros testigos, etc.”, explica el especialista en antropología de la religión. También mencionó que se usan pruebas científicas, y que incluso en el Perú hay muchas beatas de la fe popular que aguardan “pacientemente” ser reconocidas.

Es en este contexto que desde 1950 solo se han resuelto seis casos. Y mientras la Iglesia hacía su trabajo lentamente, han salido a la luz numerosos episodios de visiones o apariciones.

Un informe de la página ACIPrensa señala que la Iglesia católica no reconoció tres presuntas apariciones de la Virgen luego de muchos años. Uno sucedió en Medjugorje, una localidad de Bosnia-Herzegovina, en donde seis niños dijeron experimentar fenómenos de apariciones de la Virgen María. Esto habría comenzado el 24 de junio de 1981.

Otro caso se dio en Garabandal (España), entre 1961 y 1965, cuando cuatro niñas aseguraron haber presenciado las apariciones de San Miguel Arcángel y de la Virgen María en su pueblo. También se señaló el caso de Nuestra Señora de Zeitun, en El Cairo (Egipto), que comenzó el 2 de abril de 1968 con supuestas apariciones de la Virgen María.

“La Virgen suele aparecerse en contextos de crisis, violencia, conflictos, cambios sociales. Es una Virgen muy ‘selectiva’ en sus apariciones”, comenta Sánchez sobre los casos de apariciones, y la historia latinoamericana está atravesada por estos fenómenos.

Psicosociales y fake news

Detrás también puede haber intereses ocultos. Señala el documento del Vaticano que “es necesario reconocer que en algunos casos se detectan problemas muy graves que perjudican a los fieles, y en tales casos la Iglesia debe actuar con toda su solicitud pastoral”.

Las autoridades del Dicasterio indicaron a la agencia AFP que también se busca evitar delitos, manipulación de personas, daños a la unidad de la Iglesia, beneficios económicos indebidos, errores doctrinales graves, etc. Una situación que con la expansión de Internet y la aparición de las redes sociales parece haberse vuelto mucho más frecuente.

Para el doctor Sánchez, Internet es un factor trascendental que ha transformado en gran medida los sistemas de creencias a nivel global. “Muy fácil y rápidamente se difunden por redes todo tipo de creencias, no necesariamente religiosas, y son aceptadas como ciertas… aunque procedan de fake news. Un ‘psicosocial’ se construye muy fácilmente en el marco de estos procesos”, advierte.

La nueva norma también apunta a quienes aseguran haber sido testigos y evalúan “la credibilidad y buena reputación de las personas”. Se toma en cuenta el equilibrio psíquico, la honestidad y rectitud en la vida moral, o que dichas personas no persigan una búsqueda de beneficio, poder, fama, notoriedad social o interés personal.

Y es que cada cierto tiempo aparecen casos de vírgenes que lloran, imágenes que sangran o aparecen en las paredes, y que suelen causar alarma. ¿Será suficiente esta actualización de las normas de la Iglesia católica?