El presidente de EE.UU., Barack Obama, no tendrá un caluroso recibimiento en su vuelta tras vacaciones ya que tiene que afrontar la ola de frío polar que azota al país norteamericano y una serie de batallas políticas.
Tras los dieciséis de descanso que tuvo en los soleados campos de golf de su natal Hawái, el mandatario debe ahora enfocarse en mejorar su alicaída popularidad logrando victorias políticas que resaltar en el discurso del Estado de la Unión que pronunciará a fin de mes.
Entre los retos que enfrenta se encuentra el de mejorar la implementación de su reforma de salud, conocida como ‘Obamacare’, resolver la situación de miles de desempleados que se han quedado sin beneficios y avanzar en una reforma migratoria. Para esto debe enfrentarse a la oposición republicana que ha bloqueado sus iniciativas en varias oportunidades.
Los días previos a Navidad, un cansado Obama bromeaba sobre sus problemas. “Estoy seguro que tendré todavía mejores ideas luego de algunos días de descanso y sol”, dijo antes de partir a la isla de Oahu.
Las decisiones que tome serán trascendentales para las elecciones de renovación del Congreso que tendrán lugar en noviembre próximo. El mandatario aspira a que la Cámara Baja sea recuperada por los demócratas; sin embargo, pocos analistas consideran que sea posible debido a la lenta recuperación económica y a los fallos del Obamacare.
Actualmente, el mandatario tiene la popularidad más baja de su tiempo en el cargo (40%).
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