IDAFE MARTÍN PÉREZ
Desde Bruselas
Corría 1992. En plena guerra de los Balcanes, un grupo armado de serbobosnios y voluntarios rusos atacó la localidad de Visegrad, apenas defendida. Murieron 3.000 musulmanes bosnios – la mayoría civiles – y se violó en masa a centenares de mujeres. Mujeres, niños y ancianos fueron encerrados en grupos en casas a las que después se prendió fuego. Fue, junto a la matanza de Srebrenica, uno de los más graves episodios de lo que después se llamaría “limpieza étnica”.
Entre aquellos voluntarios rusos se encontraba un treintañero, Igor Strelkov. Un diario bosnio publicó la semana pasada una fotografía suya de aquella época y confirmó su identidad –y sus andanzas en Bosnia– gracias al testimonio de Aziz Tafro, un militar retirado que después de la guerra publicó un libro sobre los voluntarios rusos y griegos que lucharon en los Balcanes junto al Ejército serbobosnio de Ratko Mladic y Radovan Karadzic, ambos acusados de crímenes de guerra y contra la humanidad.
DETRÁS DE LA TRAGEDIA
Veterano del Ejército soviético y después del ruso, Igor Strelkov (su nombre real es Igor Girkin), es hoy el ministro de Defensa de la autoproclamada República de Donetsk, en el sureste de Ucrania. Los hombres que, según Estados Unidos y la Unión Europea, derribaron con un misil ruso el avión de Malaysia Airlines que mató a 298 personas (entre ellas 193 holandeses), estaban a sus órdenes.
Minutos después del derribo del vuelo MH17, Strelkov escribió en su perfil de VKontakte (una especie de Facebook ruso): “Les advertimos que no volaran en nuestro cielo”. El mensaje fue borrado más tarde, pero desde entonces circula en las redes sociales porque alguien se molestó en guardar su imagen.
Días después, Strelkov dijo que el derribo fue un montaje y que muchos cuerpos fueron puestos allí para culparlos de la tragedia.
PASADO OSCURO
Su vida en las últimas décadas es similar a la de otros antiguos miembros del Ejército ruso o de sus servicios secretos. Tras el hundimiento de la Unión Soviética, vieron impotentes cómo aquel imperio se iba desmembrando. Y aunque participaron activamente en las guerras de los Balcanes, en Chechenia y en el conflicto que separó Transnistria de Moldavia, nunca volvieron a encontrar su sitio.
La desestabilización del sureste de Ucrania les ha vuelto a dar la oportunidad de luchar por una causa que tenían detenida, el irredentismo de que Rusia recupere todos los territorios que una vez controló, todas las tierras donde vivan rusos.
Strelkov ha dicho en varias entrevistas con agencias de prensa internacionales que es un voluntario, que solo intenta ayudar a los prorrusos y que no tiene contactos con el Kremlin. El Gobierno Ucraniano denuncia que eso es falso, que sigue trabajando para los servicios secretos militares de Moscú, que está a las órdenes del presidente Vladimir Putin y que ya participó en la anexión rusa de la provincia ucraniana de Crimea.
SIGUEN LOS COMBATES
AVANCE DEL GOBIERNO
Las tropas leales a Kiev tomaron el pueblo de Stepanivka, a unos 80 km al este de Donetsk. Esta zona se sitúa entre la frontera rusa y el lugar donde cayeron los restos del Boeing malasio.
MUEREN NIÑOS
En Gorlivka, bastión separatista a unos 45 km al norte de Donetsk, al menos 22 civiles, entre ellos tres niños, murieron ayer.
NO SE PUEDE INVESTIGAR
La intensidad de los enfrentamientos bloqueó por tercer día seguido el acceso de los investigadores internacionales al lugar donde el 17 de julio cayó el avión con 298 pasajeros.