Decenas de miles de velas alumbraron la plaza de la Independencia de Kiev -cuyo sobrenombre en todo el mundo- para despedir a los muertos en los sanguinarios enfrentamientos que se desataron aquí el pasado martes y continuaron aún con más virulencia el jueves.

La marea humana se abrió en canal para dar paso al ataúd de uno de los fallecidos, llevado hasta los pies del escenario, donde se ofició una misa por la víctima, un hombre que como muchos otros pudo morir por la que sembraron el terror hace dos días en la capital de Ucrania.

Minutos después de esta ceremonia llegó Yulia Timoshenko, líder de la resistencia contra el denostado presidente ucraniano Viktor Yanukovich. Tras casi dos años en prisión, salió al escenario del Maidan en silla de ruedas y

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