Kenia: Los bebés fruto del incesto que son condenados a muerte
Kenia: Los bebés fruto del incesto que son condenados a muerte
Redacción EC

Envuelto en una cálida cobija, el Bebé X duerme en brazos de una cuidadora de un orfanato en Kenia. El hecho de que su nombre no sea revelado, no implica que su historia permanezca en secreto. El Bebé X es el resultado de un incesto.

Su caso es el de muchos en el orfanato de Kanduyi, en el municipio de Bungoma, a 400 kilómetros de Nairobi, capital del Kenia.

Fue llevado al orfanato gracias a una intervención de la policía, que lo salvó de la muerte a manos de habitantes del área de Bukuso, donde nació.

Como es parte de la cultura en este municipio de Kenia, la comunidad iba a quitarle la vida al bebé por ser fruto de un incesto.

LOS “BEBÉS TABÚ”

El incesto es un tema prohibido en esta parte de Kenia, así como lo es en casi todas partes.

La ley en el país castiga el incesto con una pena de cinco años de prisión, o incluso cadena perpetua si se trata de relaciones sexuales con un menor de edad.

Pero por siglos, la tradición en muchas comunidades kenianas es la muerte del niño, no necesariamente de la mujer o del hombre.

Y aún cuando es un delito, en las comunidades de este municipio es una práctica común pues se considera que el bebé concebido en una relación incestuosa está maldito.

La comunidad Bukusu llama a estos niños "bebés tabú", y temen que traigan desgracias como infertilidad o problemas mentales.

"Cada vez que recibimos el dato sobre el nacimiento de un 'bebé tabú' corremos a salvarlo, porque de lo contrario cuando lleguemos simplemente nos dirán que murió", cuenta Alice Kimotho, jefe del equipo a cargo del orfanato en Kanduyi.

Titus Kolil, miembro del equipo administrativo del orfanato, señala que el incesto es muy común en el país, y que solamente ellos reciben entre tres y cuatro casos cada mes.

No existen cifras oficiales de la situación de los bebés tabú. Sin embargo, hay señales de alarma que dimensionan la magnitud del problema.

Anne Mativo, gerente del orfanato Casa Segura, en Naivasha, reportó al diarioDaily Nation, que cada mes recibían al menos cuatro menores que habían sufrido abuso sexual por parte de un pariente cercano, usualmente el padre.

El problema, explica Mativo, es que las madres no reportan los casos por temor a que la denuncia traiga vergüenza al padre y a los hijos.

En palabras de Stephen Kokonya, ministro de Cultura del municipio de Bungoma, "estamos enfrentando una ola desenfrenada de relaciones sexuales irresponsables".

"Y la mayoría de estas relaciones son entre parientes muy cercanos, incluyendo padres teniendo sexo con sus hijos".

LA MADRE DEL BEBÉ X

Kokonya señala que están desarrollando una campaña contra estos valores retrógrados.

"Debemos ser capaces de comunicar qué es positivo para las comunidades y qué es lo que deben rechazar", explica.

El expediente del Bebé X muestra que su madre tiene 15 años y que quedó embarazada por su tío, dos años mayor que ella.

Desde entonces la adolescente tuvo que abandonar su hogar y mudarse a unos 25 kilómetros de su casa, y recientemente pudo regresar al colegio, repitiendo el año que perdió por el embarazo.

Cuenta que desde que quedó embarazada no ama al niño. "La gente dice que es malo", confiesa la muchacha.

(Foto: Getty Images)

(Foto: Getty Images)

El padre del bebé, quien no tuvo que irse de su casa, rechazó hablar con la BBC cuando fue contactado.

CONDENADOS A MORIR

Las personas mayores de la comunidad Bukusu tampoco quieren hablar sobre la situación.

Sin embargo, dejaron entrever qué ocurre cuando un bebé tabú está a punto de nacer.

"Cuando la muchacha está a punto de dar a luz, se reúne un grupo de mujeres que pretende ayudarla en el nacimiento, pero en realidad lo que hacen es asfixiar al bebé aprisionándolo entre los muslos de la madre, con lo cual la criatura fallece discretamente", relata uno de las personas mayores de la comunidad.

El grupo afirma que el bebé debe morir, pero que la muchacha puede vivir tranquilamente en la comunidad.

Las mujeres que desean conservar sus niños son obligadas a irse de sus casas.

La práctica de matar bebés podría evitarse si los perpetradores de incesto fueran castigados con penas acordes. Sin embargo, uno de los ancianos afirma que las autoridades dejan que los violadores y los incestuosos sigan libres.

Kokonya advierte que suministrar información sobre infanticidios en estas comunidades es muy difícil, por lo que muy pocos casos son procesados por las autoridades.

El Bebé X es uno de los afortunados en ser rescatado con vida.

Sin embargo, se desconoce cuántos han corrido con una suerte distinta.

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