Un niño de dos años fue rescatado de un pozo de agua seco en la ciudad de Baotou, en el norte de China.
El pozo tiene una profundidad de seis metros y un diámetro de cerca de 60 centímetros.
Tras el rescate, el niño –que presentaba una herida en la cabeza– fue llevado directamente al hospital para recibir tratamiento.
Según el padre, el pozo no estaba tapado y el niño cayó dentro cuando estaba jugando.