Wuhan. [AFP]. Dos compañías aéreas suspendieron este miércoles sus vuelos hacia la China continental, donde la epidemia de coronavirus de Wuhan sigue extiéndose pese a las medidas de prevención y aislamiento decretadas y ya supera en número de enfermos provocados por el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS por sus siglas en inglés) hace casi 20 años.
Este miércoles, varios centenares de japoneses y estadounidenses fueron evacuados de Wuhan, la ciudad del centro de China donde empezó el virus.
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Las autoridades sanitarias anunciaron otras 26 muertes, lo que lleva el balance total del coronavirus a 132 fallecidos y a 5.974 casos confirmados en China continental (sin contar Hong Kong).
La cifra ya supera el número de infecciones de la epidemia de Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) de 2002 y 2003, otro coronavirus que contaminó a 5.327 personas en el país.
El SRAS dejó 774 muertos en el mundo, 349 de ellos en China continental.
Además de a China, donde se registran la inmensa mayoría de las infecciones, el coronavirus afecta a unos quince países, a los que se sumó el miércoles Emiratos Árabes Unidos.
Como medida de precaución, la aerolínea British Airways anunció que suspende todos sus vuelos hacia la China continental. El Reino Unido, igual que Estados Unidos y Alemania, desaconsejan a su ciudadanos que viajen al país.
La compañía indonesia Lion Air también suspendió los vuelos, mientras que la hongkonesa Cathay Pacific, la estadounidense United Airlines y Air Canada quieren reducir el número de vuelos a China.
Además, Hong Kong anuncio el cierre de seis puntos de paso con el resto de China.
Evacuaciones
Japón y Estados Unidos fueron el miércoles los primeros países en empezar a repatriar a parte de sus ciudadanos atrapados en Wuhan, donde en diciembre apareció el coronavirus.
Esta ciudad y casi la totalidad de la provincia de Hubei están aisladas del mundo desde el 23 de enero, en un intento de las autoridades de contener la epidemia. El cordón sanitario afecta a 56 millones de habitantes y a varios miles de extranjeros.
Un avión con 200 japoneses aterrizó en Tokio el miércoles. “Ya no podíamos circular libremente (...) El número de enfermos empezó a aumentar rápidamente y daba miedo”, dijo a su llegada el japonés Takeo Aoyama, que trabaja en la siderúrgica Nippon Steel.
A falta de marco legal, las autoridades japonesas no podrán poner en cuarentena a los repatriados y les pidieron que se queden en casa durante dos semanas.
Un avión enviado por Estados Unidos también salió el miércoles de Wuhan con unas 200 personas a bordo, entre ellas personal del consulado en la ciudad.
Según la Comisión Europea dos aviones franceses también repatriarán a unos 350 europeos, 250 de ellos franceses.
Australia, que también está estudiando una evacuación, podría poner a los repatriados en cuarentena en la Isla de Navidad, en el Índico, donde normalmente aguardan los solicitantes de asilo.
Wuhan, donde está prohibida la circulación de los vehículos no indispensables, lleva días pareciendo una ciudad fantasma. “Es el primer día que salgo desde que empezó el aislamiento, pero no tenía opción, tenía que comprar comida”, dijo uno de los pocos peatones en las calles.
En el resto de China, donde las vacaciones del Año Nuevo chino se prorrogaron hasta el 2 de febrero, la mayoría de habitantes han abandonado los centros comerciales, los cines y los restaurantes.
La cadena estadounidense Starbucks anunció por ejemplo el cierre de la mitad de sus cafés.
Consecuencias deportivas y económicas
Este miércoles fueron suspendidas las pruebas en China del Mundial de Esquí alpino, previstas en febrero. Además, la selección femenina china de fútbol fue puesta en cuarentena en un hotel de Brisbane, en Australia, donde iba a disputar las eliminatorias para los Juegos Olímpicos.
Los primeros casos de transmisión entre humanos fuera del territorio China suscitan gran preocupación.
En Japón, un hombre de unos 60 años que nunca estuvo en China fue contaminado y hubo otro caso similar en Alemania, el primero en Europa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el martes el envío a China “lo antes posible” de expertos internacionales para poner en común los conocimientos sobre el virus y dar una “respuesta mundial”.
“La epidemia es un demonio y no podemos dejar escondido ese demonio”, dijo el presidente chino Xi Jinping.
Sin embargo Estados Unidos pidió a China “más cooperación y transparencia”. En 2002 el régimen chino fue acusado de esconder la aparición del SRAS.
Los científicos del instituto Doherty en Australia lograron replicar en el laboratorio el nuevo coronavirus, una etapa crucial para crear una vacuna, pero que debería tardar todavía meses.
El coronavirus de Wuhan también tiene consecuencias económicas.
El gigante estadounidense Apple reconoció problemas en su cadena de producción en China y el fabricante de automóviles japonés Toyota anunció el que prorrogará una semana la suspensión de la producción en sus tres plantas hasta el 9 de febrero.