Bangkok. [EFE]. Las entradas casi vacías en el Gran Palacio Real de Bangkok muestran el brusco descenso de la llegada de viajeros de China a Tailandia, el principal receptor de turistas del gigante asiático en el mundo, debido al nuevo coronavirus.
A finales de enero, el gobierno de China prohibió los viajes organizados para tratar de controlar la epidemia, lo que está afectando al sector en gran parte del mundo, pero en Tailandia es especialmente grave porque este representa entre el 14 y el 20 % de su producto interior bruto (PIB).
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Al entrar en el Gran Palacio Real, el emblemático conjunto palaciego y religioso más visitado en la capital tailandesa, ya no se ven los numerosos grupos de chinos haciéndose fotos bajo las estatuas de los gigantes y otros seres del imaginario budista.
Impacto en los pequeños comercios
Nuanphan Sukho, que regenta una tienda de ropa y bebidas cerca del Gran Palacio Real, explica que sus ingresos diarios se han reducido en un 50 % hasta 1.000 o 2.000 bat (unos 32 dólares/29 euros o 64 dólares/59 euros) debido a la ausencia de clientes chinos.
“Los clientes chinos compran mucho. También vendemos a los (turistas) occidentales, pero compran menos que los chinos”, asegura Nuanphan, de 61 años, en la puerta de su establecimiento.
La llegada de visitantes chinos a Tailandia se ha multiplicado por diez en los últimos dos lustros hasta casi 11 millones de turistas contabilizados en 2019, lo que supone un tercio del total de llegadas al país.
El COVID-19, la neumonía causada por el coronavirus SARS-CoV-2, ha causado más de 1.800 muertos y unos 72.000 contagios en China, donde comenzó la epidemia a finales de diciembre, mientras que hay cerca de 800 casos en cerca de una treintena de países, incluidos Japón, Corea del Sur, Tailandia, Estados Unidos, Alemania y España.
El miedo al COVID-19 ha provocado la cancelación de vuelos a o desde China e incluso la prohibición de la entrada de viajeros procedentes del gigante asiático en países como Singapur, Malasia e Indonesia.
Pérdidas millonarias en Tailandia
Tailandia está siendo la excepción y no ha limitado la llegada de vuelos o viajeros de China, aunque el coronavirus está causando un descenso de turistas no solo del gigante asiático sino de otros países de la región.
La llegada diaria de viajeros al Aeropuerto Internacional de Suvarnabhumi, el principal de Bangkok, ha descendido hasta los 140.000, lo que supone un 30 % menos respecto al año pasado.
La Autoridad de Turismo de Tailandia ha rebajado la previsión de llegadas de turistas para este año de 40,8 a 36 millones, lo que causará un descenso de ingresos de unos 8.000 millones de dólares (7.300 millones de euros), y las peores previsiones hablan de un descenso de hasta el 50 % del turismo.
Las pérdidas afectan principalmente a los pequeños negocios y puestos callejeros que dependen de los visitantes.
Un ejemplo son los vendedores ambulantes de flores, incienso y amuletos en torno del altar Erawan en Bangkok, donde se encuentra la venerada estatua dorada del dios hindú Brahma.
“La mayoría de los ingresos vienen de los compradores chinos. Los grupos de chinos venían mucho y a veces se desbordaba la calle”, dice Sukij Yodsrimueng, que dirige un equipo de vendedores ambulantes de 21 personas cerca de Erawan.
Según Sukij, el altar de Brahma es visitado principalmente por viajeros de China, Malasia y Taiwán y, debido a su bajada por el coronavirus, los ingresos medios de los vendedores han pasado de unos 1.000 a 200 bat diarios.
Para paliar el daño económico, el gobierno tailandés aprobó el pasado enero una serie de ayudas que incluyen la bajada temporal de impuestos y facilitar préstamos blandos al sector.
Efectos en otros países
El descenso en picado del turismo chino también está afectando a otros países como Japón, el segundo destino extranjero de los viajeros del gigante asiático con más de 9,6 millones en 2019, así como a Corea del Sur (más de 6 millones), Vietnam (4,8 millones), Singapur (3,6 millones) y Malasia (3,1 millones).
Así, Singapur prevé que este año el turismo chino descienda en un 30 %, mientras que las autoridades de Japón, Malasia e Indonesia han advertido de que la epidemia afectará negativamente al crecimiento de su PIB.
Las aerolíneas, muchas de las cuales están suspendiendo sus vuelos con China, serán otras de las grandes perdedoras.
Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), la crisis del SARS, otro tipo de coronavirus, le costó a las aerolíneas el 8 % de sus ingresos entre 2003 y 2004.
China es el mayor exportador de turismo, con unos 150 millones de viajeros que gastaron unos 130.000 millones de dólares en todo el mundo en 2018, de acuerdo con datos oficiales.