Manila. El presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, insistió hoy en que buscará reimplantar la pena de muerte en el país, que definió como un "método de venganza" contra los criminales, informan los medios locales.
"Yo creo en la venganza. Si matas a alguien, debes pagar por ello", afirmó Duterte durante un discurso pronunciado este lunes en la ciudad sureña de Davao, a tres días de ser investido presidente.
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"Voy a ser extremadamente duro contra los delincuentes", aseveró el próximo jefe de Estado, que prometió durante su campaña electoral acabar con el crimen en Filipinas en menos de 6 meses, apunta la emisora local ABS-CBN.
Duterte rechazó rotundamente los informes de organizaciones de defensa de derechos humanos que indican que la pena de muerte no reduce los índices de delincuencia.
"Dicen que no lleva a que se comentan menos crímenes. Correcto. ¿Por qué? Porque nunca se implementó la pena de muerte", adujo Duterte en su discurso.
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El presidente electo ha defendido en varias ocasiones la pena capital para Filipinas, abolida en el 2006 por la expresidenta Gloria Macapagal Arroyo, para reducir las tasas de crimen y la drogadicción.
En concreto, ha asegurado que quiere imponer la sentencia por ahorcamiento, y no sólo para personas que cometan asesinatos, sino también para crímenes relacionados con drogas ilegales, violaciones o robos de vehículos en los que el propietario sea asesinado.
Duterte además ha dado órdenes a la policía de perseguir a los traficantes de drogas y a disparar a matar si se resisten a ser detenidos.
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Recientemente, la Policía de Filipinas ha admitido que, desde el pasado 9 de mayo, cuando fue elegido Rodrigo Duterte, el número de traficantes muertos ha aumentado en un 200%, algo que ha inquietado a varias organizaciones no gubernamentales.
"Estamos inquietos por el número creciente de informaciones sobre traficantes de drogas y otros (delincuentes) que han sido denunciados por sus crímenes y que después han recibido disparos, supuestamente por resistirse a ser arrestados", afirmó la semana pasada la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas.
Fuente: EFE