Patricia Castro Obando

Cuenta la leyenda más aplaudida de Beijing que hace muchos años en la luna vivía un conejo provisto de mortero y mazo de jade, muy ocupado triturando plantas hasta convertirlas en pociones medicinales. En una ocasión se desató una grave epidemia en la capital china que provocó la muerte de niños y ancianos. Compadecido por tanto dolor, el conejo se vistió con su armadura y montado en un tigre descendió a la tierra con sus mágicas medicinas. Fue así que salvó la vida de los habitantes de Beijing y a la ciudad de su inminente destrucción.

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