“Pido con vehemencia a todo el mundo que se abstenga de especular y lanzar hipótesis no contrastadas hasta la publicación de informaciones oficiales sobre la catástrofe”.
El llamado es del presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, ante las múltiples especulaciones sobre las causas del accidente de un avión de la compañía Ukraine International que se estrelló este miércoles poco después de despegar de Irán y causó la muerte de las 176 personas a bordo.
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►Cómo es el Boeing 737-800 NG, el avión de Ukraine International que se estrelló en Irán
El mandatario ucraniano ordenó también la apertura de una causa penal para investigar el siniestro, considerado la mayor catástrofe aérea en la historia reciente de su país.
El accidente del Boeing 737-800 ocurrió horas después de que Irán atacara con misiles bases militares en Irak que albergaban soldados estadounidenses, días después de la muerte del general iraní Qassem Soleimani en un bombardeo ordenado por Washington.
Este hecho provocó la aparición de diversas hipótesis sobre la causa detrás del siniestro, por lo que las autoridades pidieron cautela y confianza en la investigación, en la que los datos de las cajas negras del avión serán fundamentales.
Tras localizarlas, sin embargo, Irán ya advirtió que no entregará los dispositivos a Boeing ni a EE.UU., país en el que tiene su sede el gigante aeronáutico.
¿Por qué esta decisión puede dificultar el esclarecimiento de lo que sucedió?
Capacidad para analizar la caja negra
La caja negra registra la actividad de los aviones y las conversaciones de sus tripulantes, por lo que sus datos son vitales en caso de accidente para analizar lo ocurrido y establecer las causas.
Según la reglamentación de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), de la que Irán forma parte, las investigaciones sobre los accidentes aéreos corresponden al país donde tienen lugar.
Sin embargo, contempla la posibilidad de que dicho país delegue total o parcialmente la realización de la investigación en otro Estado, si así se acuerda entre ambos.
Expertos del sector aeronáutico alertan que solo algunos países en el mundo tienen la capacidad técnica para analizar correctamente las cajas negras como EE.UU. y algunos Estados europeos.
Así quedó patente en el accidente en Etiopía de un Boeing 737 MAX 8 en el que murieron 157 personas el año pasado, cuando Ethiopian Airlines confirmó que el país carecía de medios para descifrar la información de la caja negra y que sería necesario enviarla al extranjero.
“No le daremos las cajas negras al fabricante, a los estadounidenses, y todavía no está claro a qué país serán enviadas para su lectura”, dijo este miércoles Alí Abedzadeh, jefe de la Organización de la Aviación Civil de Irán.
El anexo 13 al convenio sobre Aviación Civil Internacional de la OACI recoge que el país fabricante del avión siniestrado “tendrá derecho a nombrar un representante acreditado para que participe en la investigación” tras un accidente.
“Estamos en contacto con nuestra aerolínea cliente y permanecemos junto a ellos en estos difíciles momentos. Estamos listos para ayudar en cualquier forma que sea necesaria”, publicó Boeing en Twitter.
Sin embargo, en el marco de tensión actual entre Teherán y Washington, se desconoce el grado de participación que EE.UU. vaya a tener en las pesquisas ni quien las vaya a liderar.
Abedzadeh anunció en cambio que Ucrania, país al que pertenece la aerolínea del avión siniestrado, sí podrá participar en la investigación.
El presidente ucraniano anunció que un grupo de expertos de su país viajará a Teherán para colaborar sobre el terreno y ayudar a la identificación de las víctimas.
Consultado por la BBC, el analista de seguridad aérea Todd Curtis consideró que en la investigación deberían estar implicadas autoridades de Irán, Ucrania, EE.UU. y también Francia, país al que pertenece la firma que fabricó los motores del avión.
Numerosas incógnitas
La investigación deberá esclarecer numerosas incógnitas sobre qué es lo que ocurrió con el avión de Ukraine International.
El gobierno de Irán descartó que un misil fuera el responsable de la catástrofe.
“Si el accidente se hubiera debido a un ataque con misil, el avión habría explotado en el aire”, afirmó Qasem Biniaz, funcionario del Ministerio de Carreteras y Desarrollo Urbano iraní, según la agencia oficial del gobierno IRNA.
“El fuego en una parte del motor de este avión y el fallido esfuerzo del piloto por controlar la aeronave resultaron en su choque y en la muerte de todos sus pasajeros”, apuntó sin ofrecer más detalles sobre esta hipótesis de fallo técnico.
La embajada de Ucrania en Irán coincidió inicialmente en que la causa estaba en un problema con el motor y descartó que estuviera relacionado con “terrorismo”.
Sin embargo, horas después retiró de su web esta primera declaración, asegurando que estaba basada en información preliminar y que aún se desconocen las causas del suceso como para apuntar en una dirección.
Según el corresponsal de Transporte de la BBC, Tom Burridge, es especialmente llamativo el hecho de que el avión alcanzara unos 2.400 metros de altura tras despegar de Teherán y, repentinamente, dejara de transmitir sus datos.
Tampoco hay constancia de que el piloto contactara al puesto de control para declarar alguna señal de emergencia.
“Esto es inusual y sugiere algún tipo de incidente catastrófico a bordo del avión, pero en esta etapa no tenemos ninguna evidencia que nos indique qué causó el incidente”, dijo Burridge.
Según el analista de seguridad aérea Todd Curtis “el avión estaba muy fragmentado, lo que significa que hubo un impacto intenso en el suelo o algo sucedió en el cielo”.
Inspección técnica reciente
Ukraine International Airlines, la aerolínea del avión siniestrado, descartó por su parte que el accidente se debiera a un error humano.
“Las posibilidades de que la tripulación cometiera un error son mínimas”, aseguró Evgeny Dykhne, presidente de la compañía que pertenece en parte al magnate Igor Kolomoisky, uno de los hombres más ricos de Ucrania y muy cercano al presidente de su país.
Dykhne aseguró que el avión accidentado, un Boeing 737-800 que solo tenía tres años, funcionaba correctamente y había pasado por una inspección técnica dos días antes del siniestro.
La compañía, que no había tenido un accidente fatal desde su creación en 1992, suspendió sus vuelos a Teherán por tiempo indefinido después de que el gobierno ucraniano ordenara a todas sus aerolíneas cancelar operaciones hacia Irán y sobre su espacio aéreo.
Boeing, por su parte, declaró estar al tanto de las noticias sobre el accidente mientras recopilan más información para esclarecer lo sucedido.
El gigante aeronáutico se encuentra sumido en una gran crisis tras los dos accidentes en menos de cinco meses de su modelo más vendido, el 737 MAX, diferente al 737-800 siniestrado este miércoles en Irán que es uno de los aviones comerciales más utilizados en el mundo.
En aquellas dos catástrofes, que se cobraron la vida de cerca de 350 personas en 2018 y 2019, los aviones también se accidentaron pocos minutos después de despegar de Etiopía e Indonesia, respectivamente, y llevaron a Boeing a detener la fabricación del modelo.