Redacción EC

Sídney. El primer ministro conservador de , Scott Morrison, acusado de no hacer lo suficiente contra el calentamiento global, contraatacó este lunes, en plena crisis de incendios forestales, considerando que sería “irresponsable” darle la espalda a la industria del carbón y sus miles de empleos.

“ScoMo”, como se le conoce en Australia, fue muy criticado por la opinión pública la semana pasada por irse de vacaciones a Hawái con su familia mientras los incendios se avivaban.

Regresó precipitadamente el fin de semana. El domingo visitó a los bomberos que luchan contra las llamas, pero el lunes se mostró incisivo en asuntos económicos y climáticos.

“No vamos a involucrarnos en los objetivos irresponsables, destructores de empleo y económicamente perjudiciales que se están buscando”, declaró al Canal 9 en respuesta a los llamamientos a adoptar una política más respetuosa con el medio ambiente.

“No voy a eliminar el empleo de miles de australianos alejándome de las industrias tradicionales”, dijo el dirigente de 51 años en otra cadena, Seven Network. En otras entrevistas apuntó en la misma dirección.

Mejora el lunes

El líder de centroderecha, que ganó las elecciones en mayo, no niega la realidad del calentamiento global, pero siempre ha cuestionado la idea de que la lucha contra este flagelo implique un giro económico para su país.

Un tercio de las exportaciones mundiales de carbón, una de las fuentes energéticas que emite más gases de efecto invernadero, proviene del inmenso continente insular, y el sector proporciona muchos empleos a los australianos.

Morrison siempre ha sido partidario de esta industria, lo que le valió un aluvión de críticas en el momento en el que Australia era pasto de las llamas.

Los camiones de bomberos se ven estacionados en una carretera mientras arde un incendio forestal en Bargo, al suroeste de Sydney. (Archivo / AFP)
Los camiones de bomberos se ven estacionados en una carretera mientras arde un incendio forestal en Bargo, al suroeste de Sydney. (Archivo / AFP)
/ PETER PARKS

Los incendios forestales ocurren todos los años, pero esta temporada se adelantaron y fueron más violentos puesto que ya han destruido una zona equivalente a Bélgica y los humos tóxicos envuelven a varias ciudades del este, sobre todo a Sídney.

Las condiciones mejoraron el lunes, pero las autoridades señalaron que casi 200 viviendas resultaron dañadas en los últimos días solo en los estados de Australia Meridional y Nueva Gales del Sur.

Refugiado en un horno

La ciudad de Balmoral, al suroeste de Sídney, fue devastada. Un habitante, Steve Harrison, un artista de 67 años, contó a la cadena ABC que escapó de las llamas refugiándose en su horno artesanal.

“Salí corriendo para subirme al coche, pero el jardín estaba en llamas, la calzada estaba en llamas, la carretera estaba en llamas, no podía salir”, dijo. “La víspera terminé de construir un pequeño horno en la parte trasera, del tamaño de un ataúd”.

“Me quedé en él durante media hora hasta que pasó la tormenta de llamas. Era enorme, toda ella rojiza, asustaba. Estaba aterrorizado”.

Los investigadores explican la gravedad de los incendios forestales este año por una combinación de factores, que incluyen precipitaciones escasas, temperaturas récord y fuertes vientos. Muchos creen que el calentamiento global contribuye a estas condiciones.

Morrison aseguró que Australia cumplirá sus objetivos de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, aunque esto se logre en gran medida contando los créditos anteriores en vez de con reducciones adicionales.

Los oficiales de bomberos y rescate de Nueva Gales del Sur intentan contener un incendio forestal cerca de Kioloa. (AFP)
Los oficiales de bomberos y rescate de Nueva Gales del Sur intentan contener un incendio forestal cerca de Kioloa. (AFP)
/ DEAN LEWINS

“Mantendré el rumbo de una gestión responsable, abordando de forma responsable el cambio climático y velando de forma responsable para que podamos hacer crecer nuestra economía en un clima muy difícil en este momento”, dijo en Seven Network.

Australia se comprometió en la COP 21 de París en 2015 a reducir sus emisiones de 26% a 28% para 2030 en comparación con su nivel de 2005.

Las organizaciones de defensa del medio ambiente consideran que estos objetivos son demasiado bajos para contener el aumento de las temperaturas.

Las emisiones nacionales de CO2 de Australia son bajas en comparación con los principales países contaminantes, pero “per cápita” su balance es pésimo. Y sus exportaciones de combustibles fósiles, principalmente carbón, representan alrededor del 7% de las emisiones globales de carbono.

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