Sus dibujos incluyen detalles como el color de los ojos y del pelo de las víctimas o el pañuelo azul que una de ellas llevaba cuando fue raptada.
El Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI por sus siglas en inglés) difundió este miércoles los retratos que un asesino en serie hizo de sus víctimas con la esperanza de que puedan ayudar a su identificación.
Samuel Little, quien hoy tiene 78 años y permanece en prisión desde el 2012, confesó haber matado a 90 personas entre 1970 y 2005.
Los investigadores, que pidieron ayuda a la población para reconocer a las víctimas a partir de estos rasgos, dicen que la mayoría de los objetivos de Little fueron "mujeres marginadas y vulnerables", algunos de cuyos cuerpos quedaron sin identificar y sus muertes sin investigar.
Tras escuchar su confesión, que realizó el año pasado mientras cumple tres cadenas perpetuas por sendos asesinatos, las autoridades creen que Little podría ser uno de los peores asesinos en serie de la historia de Estados Unidos.
Little, un competitivo exboxeador, reducía a sus víctimas con golpes antes de estrangularlas, lo que significa que no siempre había "signos obvios" de que la persona había sido asesinada.
Ahora, las autoridades esperan que sus dibujos puedan ayudar a descubrir finalmente quiénes fueron sus víctimas para que las familias sean informadas.
"Sin puñaladas o heridas de bala, muchas de estas muertes no fueron clasificadas como homicidios, sino que se atribuyeron a sobredosis de drogas, accidentes o causas naturales", dijo el FBI en un informe inicial el pasado mes de noviembre.
"Uno de los asesinos en serie más prolíficos de la historia de EE.UU."
Aunque Little ya fue condenado por tres asesinatos, el FBI cree que es responsable de muchos más.
Little fue capturado en el 2012, cuando fue arrestado por un un delito relacionado con drogas en un refugio para personas sin hogar en Kentucky y extraditado a California.
Mientras permanecía bajo custodia policial en Los Ángeles, los agentes le realizaron pruebas de ADN.
Los resultados lo vincularon a tres asesinatos sin resolver de 1987 y 1989, todos en el condado de Los Ángeles.
Aunque se declaró no culpable en el juicio, finalmente fue declarado culpable y condenado a tres cadenas perpetuas consecutivas, sin posibilidad de libertad condicional.
Las tres víctimas por cuyos asesinatos fue condenado fueron golpeadas y estranguladas, antes de que sus cuerpos fueran arrojados en callejones o contenedores.
Antes de ser declarado culpable de asesinato, Little ya había acumulado un extenso historial criminal formado por delitos que van desde robos a mano armada hasta violaciones en diferentes estados.
El caso de Little fue transferido al Programa de Captura de Criminales Violentos del FBI (ViCAP, por sus siglas en inglés), que analiza a las personas que cometen delitos violentos y sexuales en serie.
Posteriormente, comparten sus hallazgos con la policía local de diferentes áreas, a fin de cotejarlos con cualquier delito pendiente de resolver.
ViCAP, encargado de realizar la verificación completa de antecedentes de Little,comprobó que los tres asesinatos en Los Ángeles fueron muy similares a decenas de muertes no resueltas que se remontan a la década de 1970.
La analista de crímenes Christina Palazzolo escribió en el sitio web del FBI que "encontraron un caso en Odessa, Texas, que se parecía mucho a él (su manera de actuar), y pudimos comprobar que se encontraba en la zona casi al mismo tiempo".
En la primavera del año pasado, los investigadores entrevistaron a Little con la esperanza de obtener más información. Sabiendo que quería ser trasladado de prisión, llegaron a un acuerdo: podría ser trasladado si hablaba.
Durante la entrevista, Palazzolo dice que Little "recorrió la ciudad y el estado y nos dijo la cantidad de personas que mató en cada lugar".
Una vez que terminó, había confesado 90 asesinatos. El FBI dice que hasta ahora ha podido verificar 34.
Muchas de las víctimas de Little eran trabajadoras sexuales, personas con problemas de adicción a sustancias y mujeres transgénero, cuyas muertes no se han investigado o fueron clasificadas como accidentales en su momento.
Su recuerdo de la mayoría de asesinatos fue preciso, ya que podía dar detalles sobre dónde ocurrieron y qué vehículo conducía.
Pero no pudo recordar fechas específicas, lo que, según los investigadores, ha dificultado identificar a las víctimas.