EE.UU. entrenó civiles espías en Alaska durante la Guerra Fría
EE.UU. entrenó civiles espías en Alaska durante la Guerra Fría
Redacción EC

Washington, AP

Ante el temor de una invasión rusa y la ocupación de  durante los primeros años de la , Estados Unidos entrenó a pescadores, montañistas y ciudadanos de esa región para que integraran una red clandestina que alimentara a la inteligencia militar, según registros de la Fuerza Aérea y el FBI recientemente desclasificados.

La invasión de Alaska parecía una posibilidad real en 1950. "Los militares creen que podría haber una invasión aérea incluyendo un bombardeo y el lanzamiento de paracaidistas", dice un comunicado de la época emitido por el FBI.

Así que el director de esa agencia J. Edgar Hoover creó un proyecto ultra secreto con la recién creada Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea dirigida por su protegido Joseph F. Carroll, un ex agente.

ESPÍAS CIVILES
El plan era tener ciudadanos-espía, en lugares clave de Alaska, listos para esconderse de los invasores. Estos agentes estaban dotados con equipo de supervivencia como alimentos, ropa de abrigo, material para decodificar mensajes y radios. En la clandestinidad pasarían información sobre los movimientos del enemigo.

Los cientos de páginas con documentos hasta hace un tiempo secretos fueron proporcionados a la agencia The Associated Press (AP) por Ley de Libertad de Información.

Para compensar posibles bajas en caso de una invasión, agentes de reserva aguardaban fuera de Alaska listos para llegar por aire al territorio ocupado.

NO FUE UN FRACASO
Como los rusos nunca invadieron Alaska, el programa de agentes encubiertos jamás se activó.

Sin embargo, el proyecto no fue un fracaso. Funcionó desde 1951 hasta 1959, según Deborah Kidwell, historiadora oficial de la Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea.

"Aunque la guerra con la no llegó a Alaska, esa oficina de la fuerza aérea entrenó a 89 agentes encubiertos y los equipos de supervivencia sirvieron en tiempos de paz en los siguientes años", escribió la revista de la agencia hace unos años.

El programa tuvo dos fases: la primera era reclutar y entrenar agentes encubiertos. La segunda fue el intento de crear un grupo de civiles entrenados listos para evacuar a las tripulaciones aéreas militares que estuvieran en peligro de ser capturadas por las fuerzas soviéticas. Esta segunda etapa fue coordinada con la .

Entre los agentes encubiertos aparecen Dyton Abb Gilliland de una comunidad en la península de Kenai, al sur de Anchorage. Era un piloto de avioneta que según los registros del FBI estuvo 12 días en para someterse a un entrenamiento que incluía el uso de paracaídas.

Muchos de los nombres de quienes participaron en la operación fueron borrados antes de que los documentos fueran desclasificados.

Ningún integrante de la población indígena fue incluido. Los creadores del programa creían que los "esquimales, grupos indios y aleutianos deben evitarse en vista de su propensión a beber en exceso y su indiferencia a los gobiernos constituidos y a su política y filosofía". Señalaban que su principal preocupación es su supervivencia y su lealtad podría desplazarse fácilmente a quien tuviera el poder.

Los reclutadores ofrecieron contratos de hasta US$3.000 al año (casi US$30.000 en 2014), suma que se duplicaría luego de que comenzara la invasión, de acuerdo con uno de los documentos. Los registros no dicen cuánto se gastó durante el transcurso del programa.

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