Laredo. Un agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos que confesó haber matado a cuatro prostitutas dijo a los investigadores que quería “limpiar las calles” de su ciudad fronteriza en Texas, señaló un fiscal el miércoles, anunciando que un jurado investigador acusó al sospechoso de asesinato agravado.
El fiscal de distrito del condado de Webb, Isidro Alaniz, dijo que solicitará la pena de muerte por los asesinatos perpetrados en septiembre y que las pruebas presentadas al jurado investigador mostraron que Juan David Ortiz mató a las mujeres “de forma fría, insensible y calculadora”.
"El plan en este caso, según las propias palabras de Ortiz, era limpiar las calles de Laredo atacando a esta comunidad de individuos que él consideraba prescindible, que nadie echaría en falta y a quienes no daba valor”, explicó Alaniz en una conferencia de prensa.
Ortiz, de 35 años, creía que las autoridades no hicieron lo suficiente para frenar la prostitución por lo que él estaba “haciendo un servicio” matando a las mujeres, agregó el fiscal.
Un detenido puede ser acusado de asesinato agravado si es sospechoso de más de una muerte dentro de una misma trama con un motivo común, dijo Alaniz. Tres de las cuatro víctimas fueron baleadas y la cuarta, que también recibió disparos, murió por un golpe contundente.
La horrible naturaleza de los asesinatos y la mentalidad vigilante de Ortiz jugaron un papel en la decisión de solicitar la pena capital, apuntó el fiscal. Ortiz, que está detenido acusado de asesinato en el penal del condado de Webb bajo fianza de 2,5 millones de dólares desde su detención el pasado 15 de septiembre en Laredo, presenta un claro peligro para la sociedad, agregó.
Ortiz, supervisor de la Patrulla Fronteriza y veterano de la Armada, parecía llevar una vida suburbana normal con su esposa y sus dos hijos cuando ocurrieron los asesinatos. Fue detenido cuando una víctima consiguió escapar y pidió ayuda a un policía estatal.
"Durante el día era un hombre familiar. Las evidencias muestran que era un supervisor, que cumplía con su actividad diaria como cualquiera. Parecía normal según todos los relatos y circunstancias”, declaró Alaniz. "De noche era otra persona, cazando por las calles... a gente de esta comunidad y decidiendo arbitrariamente a quién iba a matar después”.
Según Alaniz, Ortiz conocía a algunas de las víctimas, pero no ofreció más detalles sobre el tipo de relación que mantenían. Melissa Ramirez, de 29 años, fue asesinada el 3 de septiembre, y Claudine Luera, de 42, el 13 de septiembre.
El 14 de septiembre, recogió a otra mujer, Erika Peña, quien les dijo a los investigadores que Ortiz se comportó de forma extraña cuando ella mencionó el asesinato de Ramírez y más tarde la apuntó con una pistola en una estación de gasolina, de acuerdo con documentos judiciales. Peña dijo que Ortiz la agarró por la blusa cuando intentó bajarse de su camioneta, pero se zafó y se echó a correr hasta que se encontró con un policía estatal que estaba poniendo combustible en su vehículo.
Ortiz huyó y, como declaró más tarde ante investigadores, recogió y mató a sus últimas dos víctimas: Guiselda Alicia Cantú, de 35 años, y Janelle Ortiz, una mujer transgénero de 28 años que nació como Humberto Ortiz.
Con la ayuda de Peña, las autoridades consiguieron rastrear a Ortiz hasta el garaje de un hotel donde fue arrestado.
Ortiz fue acusado también el miércoles de as alto agravado con un arma letal y de retención ilegal por la agresión a Peña, y de un cargo de evasión de arresto.
El abogado de Ortiz no respondió de inmediato a una llamada telefónica para realizar comentarios.
La Patrulla Fronteriza decretó la suspensión indefinida y no remunerada de Ortiz tras su detención. El departamento no respondió el miércoles a una petición de información sobre el estatus de su empleado.
Fuente: AP