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Joe Biden lo ha despedido, pero él se rehúsa a dejar el puesto. Así se resume la afrenta de Andrew Saul, el director del Seguro Social, al presidente de Estados Unidos.
Según “The Washington Post”, el mandatario le pidió su renuncia, pero Saul se negó, dejándole como única opción el despido.
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¿Se trata de un ensañamiento en contra del burócrata designado por Donald Trump? Todo apunta a que no.
El Jewish Telegraphic Agency recoge la declaración que la Casa Blanca le dio al “New York Times”: allí se anota que Saul ha politizado a la institución que dirige desde que Donald Trump lo eligiera para el cargo.
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“Desde que asumió el cargo, el comisionado Saul ha socavado y politizado los beneficios por discapacidad del Seguro Social, ha terminado con la política de teletrabajo de la agencia [...], no ha reparado las relaciones de la Seguridad con los sindicatos de empleados federales relevantes”.
Y agrega: “Incluso, en el contexto de la planificación de seguridad en el trabajo por la COVID-19, redujo las protecciones del debido proceso para las audiencias de apelación [...] y tomó otras acciones que van en contra de la misión de la agencia y la agenda política del presidente”.
La web Telemundo Chicago comparte la misma información y dimensiona el impacto de la gestión de Saul: la Administración del Seguro Social da trabajo a 60 mil personas y, con su presupuesto anual de “US$1.6 billones” satisface las necesidades de 42 millones de jubilados.
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El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, eligió a Saul para el cargo. Bloomberg
/ Dylan HollingsworthAMIGO DE LOS REPUBLICANOS
A pesar de todas las críticas, Saul ha dicho que su despido es ilegal, aunque deberá comprobarlo. Lo que sí se puede afirmar es que se trata de una movida poco común.
Según Telemundo Chicago, “los directores de agencias independientes [...] no abandonan su cargo cuando hay cambios de gobierno”.
Biden, sin embargo, no se ha guiado por esa tradición. Por ejemplo, David Black, subdirector del Seguro Social, aceptó renunciar; mientras que, el mes pasado, el director de la Federal Housing Finance Agency, Mark Calabria, asumió el mismo destino.
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El actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ya despidió a Saul de su cargo. REUTERS
/ EVELYN HOCKSTEIN¿Se trata de una jugada ilegal? Saul -millonario empresario judío con negocios en la industria textil- se mantiene en sus trece y sostiene que “hace un buen trabajo” y que se quedará hasta cumplir su contrato, en el 2025.
Sobre ello, Telemundo Chicago escribe: “La Casa Blanca indicó [...] que un dictamen de la Corte Suprema de Justicia emitido pocas horas antes, da al presidente la autoridad para destituir a funcionarios como Saul”.
Al respecto, CNN recuerda lo que Saul le dijo al “The Washington Post”: “Me considero el comisionado del Seguro Social protegido por el tiempo en el que se me encargó el puesto”.
Y en medio de los intentos de Biden por hacer una gestión bipartidista, su jugada parece ser un ataque al Partido Republicano. Valdría recordar que Saul es un “importante donante” del partido, así como que fue “compañero de clase” de Trump en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania.
En el 2019, cuando fue nombrado comisionado de la Administración del Seguro Social, “buscó reformar para detener lo que los funcionarios de la Administración Trump dijeron que eran abusos fraudulentos al sistema”.
Por el momento, CNN cuenta que los republicanos ya pusieron el grito en el cielo. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, tuiteó: “Esta remoción sería una politización peligrosa y sin precedentes”.
Por su lado, Chuck Grassley, senador de Iowa, sostuvo que “el comisionado” tiene “respaldo bipartidista”.
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