Donald Trump dijo el jueves que ha sido acusado de mal manejo de documentos clasificados en su finca de Florida, encendiendo un proceso federal que es posiblemente la más peligrosa de las múltiples amenazas legales contra el expresidente en su intento de recuperar la Casa Blanca.
El Departamento de Justicia no confirmó públicamente de inmediato la acusación.
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Trump se encuentra actualmente en Bedminster, Nueva Jersey. Una persona familiarizada con la situación que no estaba autorizada a discutirla públicamente dijo que los abogados de Trump fueron contactados por los fiscales poco antes de que anunciara en su plataforma Truth Social que había sido acusado.
A los 20 minutos de su anuncio, Trump había comenzado a recaudar fondos para su campaña presidencial de 2024.
Trump debe comparecer ante el tribunal el martes por la tarde en Miami.
El caso se suma al creciente peligro legal para Trump, que ya ha sido acusado en Nueva York y se enfrenta a investigaciones adicionales en Washington y Atlanta que también podrían dar lugar a cargos penales. A medida que avanza la acusación, se enfrentarán las afirmaciones de Trump sobre el amplio poder ejecutivo contra el mantra del fiscal general Merrick Garland de que ninguna persona, incluido un excomandante en jefe, debe ser considerada por encima de la ley.
La acusación surge de una investigación de meses de duración del abogado especial Jack Smith sobre si Trump violó la ley al retener cientos de documentos clasificados en su propiedad de Palm Beach, Mar-a-Lago, y si Trump tomó medidas para obstruir los esfuerzos del gobierno para recuperar los registros.
Los fiscales han dicho que Trump se llevó unos 300 documentos clasificados a Mar-a-Lago después de dejar la Casa Blanca, incluidos unos 100 que fueron incautados por el FBI el pasado agosto en un registro de la casa que subrayó la gravedad de la investigación del Departamento de Justicia.
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Trump y su equipo consideran desde hace tiempo que la investigación del abogado especial es mucho más peligrosa que el asunto de Nueva York, tanto desde el punto de vista político como legal. Los ayudantes de campaña se habían estado preparando para las consecuencias desde que se notificó a los abogados de Trump que él era el objetivo de la investigación, asumiendo que no era una cuestión de si se presentarían cargos, sino de cuándo.
Pero sigue sin estar claro cuáles serán las consecuencias políticas inmediatas y a largo plazo para Trump. Su primera acusación supuso millones de dólares en contribuciones de partidarios enfadados y no perjudicó a Trump en las encuestas. Pase lo que pase, la acusación -y la lucha legal que le sigue- volverá a poner a Trump en el punto de mira, restando atención a los otros candidatos que intentan tomar impulso en la carrera presidencial de 2024.
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