En 2017, el año en el que nació el movimiento "Me Too", se celebraron 921 paneles en conferencias de alto nivel en Europa. Mientras el mundo asistía a un impulso del feminismo, las ponencias sobre economía fueron dieciséis veces más comunes que las de género y solo una de cada cuatro ponentes fue mujer.
Son datos de un estudio elaborado por la Open Society Foundations y presentado en Bruselas, que aborda la diversidad en conferencias de alto nivel en toda Europa durante los últimos cinco años y que advierte sobre una tendencia preocupante en la composición de los paneles de expertos, eminentemente masculinos.
Los 122 eventos de alto nivel que analiza el estudio, con un total de 4.601 paneles, fueron impulsados por centros de estudios prestigiosos como Chatham House (Reino Unido), Bruegel o del Centro de Estudios de Política Europea (Bélgica), o grandes citas globales como el Foro Económico Mundial (Suiza) o la Conferencia de Seguridad de Múnich (Alemania).
"Los hombres no solo dominan las conferencias en sí, sino que hay muchos temas que están históricamente considerados masculinos. Para una mujer, entrar en un panel que hable de seguridad, energía o economía es mucho más difícil que para un hombre", explica a Efe Alla García, coautora del informe.
Así, los paneles sobre temáticas de asuntos exteriores contaron con un 81 % de ponentes hombres, una cifra similar en las conferencias sobre la Unión Europea (80 %), terrorismo y seguridad (79 %), economía (78 %), medio ambiente y energía (77 %) o tecnología (76 %).
"Incluso si no hablamos de personas con muchísima experiencia, es mucho más fácil para un hombre a mitad de su carrera profesional porque con las mujeres siempre se considera que tienen menos conocimiento, experiencia... y esto crea una barrera", considera García.
Por contra, solo hay un tema de los catorce analizados en el que hay más mujeres que hombres entre los conferenciantes. Son precisamente los asuntos de género, con un 78 % de ponentes mujeres, los que impulsan a los organizadores de conferencias a llamar a las mujeres expertas de su agenda.
En la experiencia de García, las conferencias sobre género (22 % de ponentes hombres) y discriminación (58 %) son "las más diversas", no solo porque hay más mujeres sino también por la presencia de miembros de otras minorías sociales, pero también son las temáticas menos frecuentes en las conferencias de alto nivel.
De los 4.600 paneles analizados durante cinco años, apenas en 62 se trataron temáticas de género y en 54 se abordó la problemática de la discriminación.
"Parece que las mujeres hablan para sí mismas y los hombres hablan para sí mismos, creando estas burbujas de audiencias que nunca se solapan", lamenta García. "Esto muestra la actitud que hay hacia estos debates. ¿Quieres hablar de género? Vale, pues que las mujeres hablen de género".
El informe recoge recomendaciones para los organizadores de conferencias que quieran aumentar la diversidad de sus debates, un capítulo en el que García ve "mucho margen de mejora".
"Aún queda mucho camino por recorrer porque hay muchos obstáculos. Es un problema estructural, no solo que los organizadores de la conferencia no quieran invitar a mujeres ponentes sino también que para muchos temas hay muchas menos mujeres expertas", explica.
García considera necesario "empoderar" a más mujeres para que se hagan "expertas en sus campos" y valora las iniciativas que invitan a los ponentes a declinar peticiones de hablar en conferencias en las que no hay ninguna representación femenina.
"A veces también lo hacen las mujeres, declinan participar si son la única mujer en la conferencia, pero cuando lo hace un hombre crea una mayor concienciación. Es un problema estructural que necesita ser abordado desde muchas partes", concluye.
Fuente: EFE