“Una buena comida rica en vitaminas es buena para la moral y para la salud”, explica la chef, mientras sumerge un “bazuca”, una enorme batidora, en una olla para preparar un ‘velouté’ de berros. (Foto: AFP/Kenzo Tribouillard)
Bélgica
Redacción EC

Bruselas. [AFP]. Papas y anguila ahumada, espárragos blancos y regaliz, curry rojo tailandés. La galardonada cocinera Isabelle Arpin deleita con sus sopas dos veces por semana al personal de un hospital de , en primera línea frente a la pandemia del .

“Una buena comida rica en vitaminas es buena para la moral y para la salud”, explica esta mujer, mientras sumerge un “bazuca”, una enorme batidora, en una olla para preparar un ‘velouté’ de berros.

Diez contenedores grises de 12 litros, llenos de bolsas que pueden soportar una temperatura de 80 grados, esperan las perfumadas sopas cuyo destino final será 350 trabajadores del hospital Erasme.

Para esta dinámica cocinera de unos 50 años, acostumbrada a servir refinados y coloridos platos en su restaurante de la reputada avenida Louise de Bruselas, el cambio es radical.

Un día después del último servicio del 13 de marzo, cuando el restaurante cerró sus puertas a causa del confinamiento, Isabelle Arpin y su socia, Dominika, pensaron lanzar un negocio de catering.

Pero un restaurante gastronómico que sirve unos treinta cubiertos a 80 euros de media por la noche no está realmente equipado para este tipo de servicios.

“¡Tampoco íbamos a quitarles las máscaras al personal sanitario para hacer volovanes!”, asegura Dominika, la gerente, que empezó a preparar las sopas, pese a que nunca entró en cocina antes de la pandemia.

Ambas mujeres, comprometidas en la ayuda a la investigación médica del hospital por razones personales, se pusieron manos a la obra muy rápido.

Tras unos días para perfilar su proyecto, contactaron de nuevo con sus proveedores, especialmente varias granjas, entre ellas una en la que trabajan personas con discapacidad, y también reciben alimentos no vendidos en supermercados.

Su primera sopa llegó el 21 de marzo. “Las sopas son nutritivas, son casi una comida. Es fácil comer rápido”, explica Dominika, de 40 años, explicando que los berros, por ejemplo, son “una bomba de vitaminas”.

La chef Isabelle Arpin prepara comidas para el personal médico el 31 de marzo de 2020, en la cocina del restaurante "Isabelle Arpin" en Bruselas, en medio de la propagación del nuevo coronavirus. (Foto: AFP/Kenzo Tribouillard)
La chef Isabelle Arpin prepara comidas para el personal médico el 31 de marzo de 2020, en la cocina del restaurante "Isabelle Arpin" en Bruselas, en medio de la propagación del nuevo coronavirus. (Foto: AFP/Kenzo Tribouillard)
/ KENZO TRIBOUILLARD

“Felicidad”

Con su máscara negra de puntos blancos, la chef Isabelle Arpin, diplomada de la escuela de hostelería de Dunkerque (norte de Francia), es todo un personaje.

Una foto suya haciendo yoga sobre una rueda de queso comté recibe a la clientela del restaurante que lleva su nombre.

Este martes, su curry rojo tailandés lleva pimientos, champiñones, calabacines, cebollas, carne de ave, hierba luisa y leche de coco, un plato más que suficiente por sí solo.

"No estoy acostumbrada a cocinar para tanta gente. Por otra parte, siento que he vuelto al objetivo inicial de nuestra profesión, alimentar a la gente", reconoce la chef, cuyo anterior restaurante obtuvo una estrella Michelin.

Para esta aficionada al boxeo, que vive en Bélgica desde hace 20 años, “en una situación como esta, sin saber qué pasará, debemos ayudar a la sociedad en la que vivimos”. “Es una acción ciudadana y es ahora”, asegura.

Su ronda de sopas, los martes y los jueves, representa en cualquier caso un descanso en las duras jornadas de los trabajadores del Erasme.

“¡Qué felicidad poder respirar unos minutos con mi servicio, viajar a Tailandia o descubrir el sabor del anís con unas hojas de berro (...) en un día a día que se ha vuelto tan brutal y agotador”, dice la jefa de anatomía patológica del hospital, Isabelle Salmon.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

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