Grecia y sus principales interlocutores, Francia, Alemania y la Comisión Europea, reanudaron el diálogo a nivel de jefes de Estado este miércoles en Bruselas, con la esperanza de desbloquear las negociaciones para sellar un acuerdo entre Atenas y sus acreedores.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, se reunió este miércoles por la noche, al término de una cumbre entre la UE y la Celac, con el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, reunión anunciada desde hace días pero que sólo fue confirmada entrada ya la tarde.
Tsipras se reunió también con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, con quien intercambió "al detalle" sobre las negociaciones para desbloquear el financiamiento de Grecia, según una fuente gubernamental griega.
Grecia estaría negociando con sus acreedores la extensión de nueve meses de su programa de asistencia financiera, lo que incluye nuevos tramos de los préstamos acordados al país.
"Hablamos de una extensión de nueve meses, hasta marzo de 2016, del programa" actual de reformas impuesto al país por sus acreedores, lo que supone volver a colocar al país bajo asistencia financiera, afirmó esta fuente.
Pero Grecia reclama que se desbloqueen "financiamientos que permitan relanzar la economía griega y no sólo cubrir los vencimientos" que debe saldar, subrayó.
Sin modificación, el actual programa, que termina el 30 de junio, permitiría desbloquear sólo 7.200 millones de euros, vitales para el país cuyas arcas están vacías.
Una extensión del programa de ayuda europeo hasta marzo de 2016 lo haría coincidir con el del Fondo Monetario Internacional (FMI) que corre hasta esa fecha. Para aceptar permanecer bajo vigilancia financiera de sus acreedores, Grecia reclama poder utilizar 10.900 millones de euros destinados en un primer momento al apoyo al sector bancario nacional, pero que no fueron utilizados.
- 'Un acuerdo es posible' -
Al término del encuentro con Merkel y Hollande, Tsipras afirmó que los europeos entendieron que "es necesaria una solución viable" para su país.
"Los dirigentes europeos se dan cuenta de que hay que dar una solución viable y la posibilidad para Grecia de volver al crecimiento (...) con una deuda asumible", dijo. Un acuerdo es "más que nunca" posible para volver a poner al país bajo asistencia financiera, estimó por su parte el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
"Creo más que nunca que un acuerdo es posible si la voluntad política es compartida por todos. Los próximos días serán decisivos para Grecia", indicó Moscovici en una declaración a la AFP.
Estas declaraciones alentaron a las bolsas de valores, que terminaron en clara alza: Fráncfort se disparó 2,40%, mientras que París ganó 1,75% y Londres 1,13%.
Las declaraciones de Merkel al llegar a Bruselas también ayudaron. "Cuando uno quiere puede", dijo Merkel.
"Trabajemos, vayamos rápido y concluyamos", dijo por su parte Hollande, en referencia a las difíciles negociaciones sobre el programa de reformas que los acreedores internacionales piden a Grecia a cambio de un nuevo tramo de ayuda financiera.
"Sólo tenemos un mensaje: ahora hay que ir rápido, no perder tiempo, no pensar en soluciones que serían malas para Grecia, la Unión Europea y la zona euro", añadió.
La reunión de Tsipras y Juncker, las declaraciones de Moscovici marcan un claro recalentamiento de las relaciones entre Grecia y la Comisión, que por la mañana había rechazado las últimas propuestas de reformas adelantadas por Atenas. Juncker había calificado incluso de "pérdida de tiempo" un posible encuentro con Tsipras.
Pero el bloqueo se fue desenredando. Una fuente griega indicó que Atenas está "lista para discutir" nuevas concesiones para lograr un acuerdo con sus acreedores.
"Estamos listos para discutir sobre el excedente fiscal", afirmó esta fuente, un punto que bloquea el acuerdo. El objetivo de los acreedores es que alcance al 1% del PIB este año, Atenas propuso el martes 0,75%.
Las negociaciones también estaban bloqueadas hasta ahora sobre las modalidades de una reforma de las jubilaciones y un alza del IVA para la electricidad, dos líneas rojas para Atenas.
De un acuerdo sobre las reformas que debe aplicar Grecia depende el desembolso de 7.200 millones de euros en suspenso desde agosto. Las instituciones acreedoras de Atenas, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional deben dar su aval al programa de reformas, que también debe recibir el visto bueno de los 18 socios de Grecia en la zona euro.
Sin esta ayuda, Grecia podría caer en bancarrota y ser incapaz de pagar los cerca de 1.600 millones de euros que debe reembolsar al FMI antes del 30 de junio.
En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) hizo un gesto este miércoles al aumentar de golpe a 2.300 millones de euros el techo de la financiación de urgencia (ELA) de los bancos griegos, llevándolo a 83.000 millones de la moneda única.
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