La canciller de Alemania, Angela Merkel, confirmó este domingo que, tras reflexionar "infinitamente", ha decidido luchar por un cuarto mandato en las elecciones de 2017 y asumir su responsabilidad en momentos "difíciles" e "inciertos".
En una rueda de prensa en la sede de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU) en Berlín, Merkel se mostró contenta de poder devolver a su país y a su partido "algo de lo mucho" que le han dado y se dijo "dispuesta de nuevo" a ponerse a su servicio.
La canciller destacó que su decisión no es "trivial", ya que no supone sólo representar a su partido en la campaña, sino estar dispuesta a gobernar el país durante una legislatura completa.
Afirmó ahí ser consciente de que será previsiblemente "la campaña electoral más difícil" de los últimos años ya, que, dijo, su formación se verá presionada como nunca desde distintos flancos.
"Vamos a ser atacados desde la derecha como nunca", dijo, en alusión a la emergencia del populismo derechista, en unas condiciones de "polarización" que asimismo no ha conocido ahora en el país, y donde el cometido de su partido será, además, impedir una victoria de un bloque entre socialdemócratas, Izquierda y Verdes.
Angela Merkel aludió repetidamente a los "tiempos difíciles e inseguros" que se viven tanto a escala nacional como internacional y citó a este respecto el resultado de las elecciones en Estados Unidos y la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea (UE).
La decisión de la canciller y líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de optar a la reelección se había filtrado este domingo a los medios, poco después de iniciarse la reunión de la ejecutiva de ese partido, a lo que siguió horas después la comparecencia de Angela Merkel.
Presidenta de la CDU desde 2000, Merkel asumió las riendas de la primera potencia europea en 2005, al vencer en las urnas al socialdemócrata Gerhard Schröder.
Tras once años en el cargo, Merkel es ya la mandataria de la Unión Europea (UE) con más experiencia de gobierno y que ahora tiene todos los focos apuntando hacia ella después de la victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses.
En medios internacionales se ha calificado estos días de última defensora del mundo libre occidental con el fin del segundo mandato del presidente de EE.UU., Barack Obama.
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--- Récord de Kohl a la vista ---
A juzgar por los sondeos, Angela Merkel tiene muchas posibilidades de conseguir su cuarto mandato en la cancillería.
Entraría así en la historia de su país al superar el récord en el poder del icónico canciller de la posguerra Konrad Adenauer (14 años) y también el de su propio padre político, Helmut Kohl (16 años).
Según una encuesta publicada por la edición dominical de Bild, una mayoría de alemanes, el 55%, desea que Angela Merkel siga en el cargo, frente a un 39% de opiniones contrarias. En agosto, la proporción de gente favorable a que siguiera en la cancillería era del 50%.
La mandataria se halla, sin embargo, en una situación paradójica: alabada en el extranjero, donde las expectativas que despierta aumentaron tras el éxito de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, en Alemania afronta el año electoral un tanto debilitada tras la controvertida llegada de un millón de refugiados en el país.
Esta semana, el presidente estadounidense Barack Obama le brindó su respaldo en Berlín durante su gira de adiós. "Si fuera alemán, le podría dar mi apoyo", dijo.
Y, frente al auge de las tendencias autoritarias en el mundo, el diario The New York Times la calificó de "último baluarte de los valores humanistas de Occidente".
Mientras, "su poder decae" en Alemania, según el semanario liberal Die Zeit. Es cierto que su popularidad remonta el vuelo tras haber caído con la crisis migratoria, pero su familia política tan solo obtiene 32 o 33% de las intenciones de voto, cerca de 10 puntos menos que en las anteriores elecciones del 2013.
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--- Problemas en Alemania ---
"El rebufo creado por la victoria de Trump alcanza a Angela Merkel cuando sus posibilidades de liderazgo son limitadas: no puede contar con Europa para avanzar, no tiene un partido unido detrás de ella y no goza del apoyo popular que tenía hace aún año y medio", afirma Die Zeit.
El retraso a la hora de anunciar su candidatura está relacionado con este debilitamiento. Tras la polémica sobre la acogida de refugiados, tuvo que lidiar con la rebelión de su aliado bávaro (CSU), que la amenazó con no apoyarla en el 2017, antes de cambiar de opinión ante la falta de alternativa.
La canciller sufrió otro revés este mes al no lograr promover a un miembro de su partido como candidato para ser presidente en el 2017, un puesto para el que fue designado el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier.
Por último, su tercer mandato coincidió con el ascenso de un partido populista en Alemania, que compite con su partido en la derecha. El AfD tiene muchas opciones de entrar al Bundestag, un éxito que ninguna formación de ese tipo había alcanzado desde 1945.
Angela Merkel mantiene, sin embargo, la ventaja sobre los demás, ya que no tiene rivales peligrosos en su partido y sigue siendo mucho más popular que sus adversarios socialdemócratas.
Fuente: AFP/EFE
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