Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ganó el Nobel de la Paz 2017.
Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) ganó el Nobel de la Paz 2017.
Redacción EC

Setenta y dos años después de las bombas atómicas estadounidenses sobre Hiroshima y Nagasaki, el Comité del Premio Nobel de Paz decidió entregar el famoso galardón a la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), una organización que ha intentado incansablemente librar al mundo de este tipo de armamento de destrucción masiva.

Una designación cargada de sentido, considerando el clima de extrema tensión que el intercambio de amenazas entre Corea del Norte y EE.UU. ha causado en el sistema internacional. Una vez más, la entrega de este galardón viene con un claro mensaje político.

- ¿Quiénes son? -

La ICAN es un organismo que agrupa a 331 organizaciones no gubernamentales humanitarias, medioambientales, de derechos humanos, de desarrollo y a favor de la paz, de más de 80 países. Constantemente realizan charlas, reuniones y manifestaciones, en los que portan carteles con consignas como "prohibir las armas nucleares" o "la prohibición está por venir", y visten disfraces de bombas o del Presidente Donald Trump y el líder norcoreano, Kim Jong-un (ver fotos).

Abogan por un solo fin: la supresión y prohibición total del armamento nuclear en el mundo. Respecto a su financiamiento, en su portal web establecen que para que una organización forme parte de ellos, solo se le pide que llene un formulario de socio y no se le solicita como condición que coopere con recursos. Pero el diario español El País publica que el organismo cuenta con un presupuesto anual de 1,2 millones de francos suizos (alrededor de 1,7 millones de dólares aproximadamente).

- Quiénes la apoyan -

Desde su fundación en 2007 en Viena, durante una conferencia internacional sobre el tratado de no proliferación nuclear, han contado con el apoyo de numerosas personalidades del mundo del espectáculo, entre ellas la artista japonesa Yoko Ono, el músico de jazz estadounidense Herbie Hancock y el actor norteamericano Martin Sheen (de la recordada serie "The West Wing"), quien no ha dudado en afirmar que "si Gandhi y Martin Luther King estuvieran vivos, apoyarían la ICAN".

Pero además de ellos, esta agrupación ha sido apoyada por una serie de líderes mundiales, como el ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el Dalai Lama y otros dos premios Nobel de la Paz: el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, que obtuvo el galardón en 1984 por su lucha en contra del apartheid, y la estadounidense Jody Williams, quien lo recibió en 1997 por la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonales.

Fue precisamente ésta última quien inspiró la creación de ICAN, según ha afirmado su directora ejecutiva, Beatriz Fihn. "Dio el impulso a creer y a luchar por prohibir también para siempre las armas nucleares", sostuvo. Tras su creación, la campaña cuenta con una sede en Ginebra, en las instalaciones del Consejo Ecuménico de las Iglesias, desde donde han impulsado su proyecto clave: el tratado de prohibición de las armas nucleares.

- Un tratado simbólico -

La iniciativa, que le ha valido la victoria del premio que consiste en una medalla de oro, un diploma y un cheque de nueve millones de coronas suecas (1,1 millones de dólares), tiene que ver con el impulso de un nuevo acuerdo que determine la prohibición de las armas nucleares en el mundo.

"Es inaceptable que las armas nucleares sigan existiendo", dijo Fihn este viernes al conocer el anuncio del Comité del Nobel. El histórico "Tratado Global para Prohibir las Armas Nucleares" ya fue adoptado por 122 países desde julio (incluido Chile) y se está a la espera de que al menos 50 de ellos lo ratifiquen, para que pueda entrar en vigor.

Pero para muchos expertos en la materia, su alcance es más bien simbólico y no tiene una incidencia real. Hoy, la cantidad de ojivas nucleares es de 14.935 en total y son nueve los países que las poseen: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel. Ninguno de ellos ha firmado el acuerdo de ICAN.

Las potencias que lo rechazan (también todos los miembros de la OTAN, a excepción de Los Países Bajos) consideran que el foco no debe estar en un nuevo acuerdo, si no que en promocionar el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) firmado en 1968.

Bajo este documento, las potencias están comprometidas a reducir sus arsenales y a no fabricar nuevos, pero no a eliminar los que ya tienen. Pese a la existencia del TNP, cuatro nuevos estados desarrollaron una carrera armamentista nuclear: Pakistán, India, Israel (que no adhieren a él) y más recientemente Corea del Norte (que se retiró del acuerdo en 2003).

"El estatu quo ya no es aceptable". Reducir los arsenales no es suficiente bueno, hay que ir más allá", criticó Fihn. Precisamente las últimas pruebas armamentistas de Pyongyang han provocado que la atención del sistema internacional vuelva a rendirse ante el temor de una eventual guerra nuclear, haciendo recordar lo ocurrido en 1945. Es precisamente aquello lo que, según Fihn, el Nobel 2017 pretende dar a entender.

"Estamos en un momento crucial, el riesgo de guerra nuclear está otra vez en la agenda, con la posibilidad de asesinar a civiles de forma discriminada, con amenazas por parte de Estados Unidos y de Corea del Norte. Esto debe acabar, y el premio respalda esa posición", sentenció.

Fuente: EMOL, GDA
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