El juez Horacio Piombo, cuestionado por bajarle la pena al abusador de un chico de seis años, está convencido de que hizo justicia. "No voy a renunciar porque cumplí con mi deber", dijo.
El magistrado afirmó que se quiere usar su fallo para armar un "circo romano" y que detrás de todo hay "intereses políticos": quitarle su banca en el Tribunal de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, Argentina.
El fallo rubricado por Piombo y su par Ramón Sal Llargués provocó una ola de indignación y reforzó los pedidos de juicio político para que sean destituidos.
Piombo está convencido de que su decisión es correcta. Dijo que siente una profunda pena por la víctima, pero que tiene que hacer cumplir la ley. "Yo tengo que aplicar la ley en el tribunal, dándole una interpretación. Lo que se resuelve en un caso no solamente es para ese caso. Es para muchísimos casos más. Lo que resolvimos aquí es bajar la pena; es una alternativa, como subirla", sostuvo.
¿Por qué decidió bajarle la pena a un abusador de menores que había sido condenado a seis años de cárcel?
Es un tema relativo a la procedencia de una circunstancia agravante. Nosotros tomamos nota de que la ley establece una agravatoria respecto de la circunstancia gravemente ultrajante. Eso no debió estar nunca en la ley, porque toda maniobra sexual sobre un menor es ultrajante. Nosotros decidimos que en este caso se trataba de un chico que había sido abusado con anterioridad, lo que había cambiado su vida.
Usted se refiere a un intento de abuso anterior (en realidad, no se comprobó) que señalaba a su padre como abusador...
El chico ya había cambiado totalmente de hábitos. El menor ya venía con travestismos. Nosotros, lamentablemente, tuvimos que mencionar estos hábitos en el fallo, pero era como hecho sintomático. Después está el dictamen de los psicólogos, que nos informaron sobre los cambios.
En la causa anterior, no fue probado que realmente el niño haya sido abusado. Entonces, ¿por qué decidió quitar la agravante para bajar la pena?
Lo que está probado es que algo pasó con el menor, algo muy serio, porque cambió totalmente de hábitos antes que sucediera este [último] hecho. El menor comenzó a realizar cosas en lugares... No es muy lindo decirlo: comenzó a ofrecerse para hacer ciertas cosas a la gente. Nosotros consideramos que este hecho no había sido el puntapié inicial de todo. Este caso había sido un aprovechamiento más de una situación que debía ser punida sin la agravante.
El fiscal del caso anterior aseguró que el padre nunca lo violó...
Yo no digo que el padre lo violó. Estaba en un entorno de abuso.
Entonces, ¿cómo puede saber que no hubo un hecho ultrajante cuando el dirigente del club abusó del niño?
Por los psicólogos. El informe dice que lo anterior fue lo realmente ultrajante. Otra cosa no le puedo decir.
En la sentencia, la discusión final fue si el menor fue ultrajado y abusado.
Nosotros teníamos que ver si fue gravemente ultrajante. Si le cambió la vida. Lo que quiero decir muy claro es que una persona puede ser varias veces en la vida sometida a situaciones gravemente ultrajantes, pero en este caso los psicólogos ubicaban que lo gravemente ultrajante había ocurrido antes. Porque el chico ya había adoptado una serie de costumbres que no son costumbres que se adopten en la escuela. Por eso se dictó este fallo.
El fallo fue cuestionado porque usted da por hecho que un niño de seis años ya tiene conformada una sexualidad y que era travesti.
No… no dice eso el fallo. Lo que dice es que ya lo había advertido la gente consultada cuando veían al chico, que había cambiado su conducta.
¿Usted no siente que la sentencia fue como volver a castigar al niño, bajando la pena de su abusador?
No… porque yo tengo que aplicar la ley en el Tribunal de Casación dándole una interpretación. Lo que se resuelve en un caso no sólo es para ese caso. Es para muchísimos casos más. Lo que resolvimos aquí es que bajar la pena es una alternativa.
¿Cómo se siente cuando se lo critica por la decisión de bajarle la pena a un abusador?
Todo juez que tiene que dictar sentencia tiene dos aspectos: el ser humano y el juez. Como juez, tiene que obedecer a la ley, no me queda otra alternativa. Todo delito que uno conoce le da profunda pena por la víctima.
¿Usted cree que detrás de las críticas al fallo hay un interés político?
El Tribunal de Casación tiene muy poca importancia; es un tribunal para cuatro delitos: robo, violación, homicidio y privación ilegal de la libertad. Pero tiene una importancia enorme estratégica porque es el subrogante legal de la Corte. Y en este momento, los que van por todo necesitan nuestros puestos.
¿Pensó en renunciar?
No… no... Yo siento que he cumplido con mi deber. Si yo traiciono algún día al Tribunal de Casación, soy el primero en renunciar...
Fuente: La Nación, Argentina / GDA