Brasilia. El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, se defendió de sospechas de evasión fiscal que han surgido por operaciones bancarias de un ex empleado de uno de sus hijos y dijo que si cometió un "error" esta dispuesto a corregirlo.
El asunto se refiere a un informe publicado esta semana por el Consejo de Control de Actividades Fiscales (Coaf) del Ministerio de Hacienda, sobre los movimientos bancarios de un exempleado de Flavio Bolsonaro, uno de los hijos del mandatario electo.
De acuerdo al Coaf, por la cuenta bancaria de Fabricio Queiroz, quien era asesor de Flavio Bolsonaro, pasaron en el período de un año 1,2 millones de reales (unos 315.800 dólares), cifra considerada "incompatible" con su salario, que era de 23.000 reales (unos 6.000 dólares).
El organismo fiscal también detectó que Queiroz depositó 24.000 reales (6.400 dólares) en una cuenta de Michelle Bolsonaro, esposa del presidente electo y quien, como él, no declaró ese dinero a las autoridades fiscales.
El líder de la ultraderecha brasileña, que asumirá el poder el 1 de enero próximo, reiteró en declaraciones a periodistas que ese dinero correspondía a la devolución de un "préstamo" que él mismo le hizo tiempo atrás a Queiroz, a quien dijo conocer desde hace años.
Según Bolsonaro, el empleado de su hijo pasaba por dificultades financieras y, cuando fue a devolver el dinero, él mismo le pidió que lo depositara en la cuenta de su esposa y no lo incluyó luego en su declaración de renta.
"No lo puse en mi cuenta porque tengo dificultades para ir a los bancos, para andar por la calle. Entonces, lo dejé para mi esposa. Pero nadie recibe dinero sucio con un cheque nominal", declaró para subrayar que no habría en ese asunto ningún acto de corrupción.
También afirmó que si el hecho de no haber incluido ese dinero en su declaración de renta supuso algún tipo de "error", está dispuesto a corregirlo y "asumir la responsabilidad ante el Fisco".
Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, participó en un acto en la Escuela Naval de Río de Janeiro, después de haber guardado reposo el viernes, por recomendación médica.
El presidente electo aún está bajo cuidados médicos por las heridas que sufrió en setiembre pasado, en plena campaña para las elecciones de octubre, cuando fue acuchillado en medio de un mitin.
Tras ese atentado, permaneció 23 días hospitalizado, pasó por dos operaciones en el abdomen y le fue aplicada una colostomía, que solo será retirada dentro de un mes y medio, después de su investidura.
Bolsonaro explicó que el próximo jueves viajará a Sao Paulo para ser sometido a nuevos exámenes y reveló su deseo de anticipar la retirada de la colostomía, aunque reconoció que depende de los médicos.
"No quisiera tener que estar parado en enero", dijo en referencia a los días de reposo que seguirían después de que pase por esa nueva operación.
Fuente: EFE