El Senado de  votó la madrugada del miércoles a favor de que la presidenta suspendida  sea sometida a un juicio de destitución, última escala previa a la decisión que a fin de mes podría poner fin al ciclo de más de 13 años de la izquierda en el poder.

Mientras los Juegos Olímpicos de Rio 2016 captaban la atención de los brasileños, que al igual que el resto de Sudamérica por primera vez pueden ver a la élite del deporte mundial en sus tierras, todos preveían que el Senado iba a dar un fuerte respaldo al 'impeachment' contra la primera mujer presidenta de Brasil. Y así fue.

Después de 18 horas de discusiones el pleno del Senado votó a favor del proceso de 'impeachment' contra Dilma Rousseff por 59 a 21.

El veredicto final se realizará a fines de agosto en el pleno del Senado. La votación realizada esta madrugada vislumbra la salida de Rousseff del cargo.

Si la votación del plenario de 81 senadores aprueba el informe del senador socialdemócrata Antonio Anastasia (PSDB), que recomendó destituir a Rousseff por haber cometido un "atentado contra la Constitución", la presidenta solo tendrá una última oportunidad para evitar ser destituida.

La sesión del Senado fue dirigida por el presidente de la Corte Suprema y bastó una mayoría simple -mitad de los presentes más uno- en favor de la acusación para aprobar el inicio de un juicio de destitución de la mandataria.

Rousseff, una ex guerrillera marxista de 68 años que fue suspendida del cargo el 12 de mayo, denuncia que su vice, Michel Temer, que la sucedió provisoriamente, orquestó un "golpe" en su contra. 

Acusada de haber violado la Constitución al aprobar gastos sin la venia del Congreso y suscribir decretos para financiar al Tesoro con la banca pública, sobre todo en su campaña de reelección del 2014, Rousseff podría perder su mandato y quedar inhabilitada para ejercer cargos públicos por ocho años.

"La presidenta está cada vez más aislada, un aislamiento muy acentuado, que se agravó en las últimas semanas y que incluye hasta su propio partido. No tengo ninguna duda de que, al igual que en el juicio definitivo, la votación será a favor del impeachment y será destituida", dijo a la AFP el senador Aloysio Nunes, del PSDB y líder del frente oficialista de Temer.

En la otra orilla, la senadora Vanessa Grazziotin, aliada a Rousseff, coincide: "Lo van a conseguir con bastante facilidad. No tenemos muchas expectativas", dijo.

--- Capítulo final ---

A sus 75 años, Temer lidera un frente pro impeachment para asegurarse la presidencia hasta el 31 de diciembre del 2018, hasta cuando debía gobernar Rousseff.

Diez días atrás Temer pidió acelerar el impeachment porque la gente "necesita saber quién es el presidente". Su plan, dijo, es partir al G20 en China a inicios de setiembre como presidente de los brasileños, sin el adjetivo "interino". 

Tras la decisión del Senado, el juicio comenzaría en torno al 25 de agosto, cuatro días después de la clausura de Rio 2016. Durará cinco días.

Una amplia mayoría de los congresistas considera que la ahijada política del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva será derrotada en la votación que se celebrará el último día. Destituirla requerirá el apoyo de al menos dos tercios (54) de los 81 senadores.

Rousseff dejó el Palacio de Planalto con niveles bajísimos de popularidad, un sino que se extiende sobre toda la política brasileña. 

Temer no le va en zaga. Su frase de apertura de los Juegos Olímpicos fue acompañada por un estruendoso abucheo.

Si pierde definitivamente el poder, Rousseff será el segundo jefe de Estado brasileño que pierde su mandato a manos del Congreso en 24 años. El anterior fue el hoy senador Fernando Collor en 1992.

Fuente: AFP

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