Tras semanas de intrigas y lucha legal y política en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff fue suspendida del cargo y se enfrentará a un juicio político.
La decisión fue precedida de un maratoniano debate de 22 horas en el Senado brasileño que, sin embargo, es sólo el principio de un proceso que puede alejar a Dilma Rousseff de la política durante años.
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Aunque es improbable (por no decir imposible) que ella no se hubiera enterado de la decisión de los senadores, el procedimiento para abrir esta incierta nueva etapa exigía que Rousseff fuera notificada formalmente.
El encargado de comunicar tal amargo trago fue el primer secretario del Senado, Vicentinho Alves.
Alves llevaba también una notificación que se supone sería mejor recibida: la destinada al actual vicepresidente Michel Temer, que pasará a ser presidente interino de Brasil.
Temer pertenece al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el mayor grupo del Congreso, que rompió recientemente con el gobierno.
Dilma Rousseff podrá estar suspendida por un plazo máximo de 180 días, durante los cuales los senadores deberán decidir si cometió el "crimen de responsabilidad" que le atribuye la oposición.
La mandataria suspendida está acusada de alterar las cuentas públicas para maquillar el déficit presupuestario.
Ella niega haber cometido el crimen de responsabilidad que le atribuye la oposición o delito alguno que vuelva legal el juicio político.
Aunque no hay un plazo para la conclusión del juicio político, la suspensión de Rousseff no puede superar el máximo de 180 días tras la aprobación del "impeachment".
Así que, si los senadores no deciden antes, Dilma Rousseff volvería a la silla presidencial a mediados de noviembre y esperaría en ella el veredicto del juicio político.
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--Y mientras…--
Mientras se desarrolla el juicio político, la presidenta suspendida mantendrá su salario íntegro (unos US$8.000 mensuales).
También podrá permanecer en la residencia oficial del Palacio de Alvorada y contará con un equipo de funcionarios a su disposición, según la página de noticias del Senado brasileño.
"Dilma seguirá viviendo en la casa presidencial, pero no podrá utilizar las oficinas oficiales del Palacio de Planalto", le dice a BBC Mundo Diogo Costa, profesor del
Departamento de Economía Política de King's College, en Londres.
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--Empieza el juicio político--
El juicio político se llevará a cabo en el mismo Senado que decidió suspender a Dilma Rousseff.
Rousseff recibirá en la tarde de este jueves otra notificación en la que se le comunicará un plazo para presentar su defensa.
Aunque este plazo legal es de 10 días, existe un precedente en el que se amplió a 20: el "impeachment" contra el presidente Fernando Collor de Mello, en 1992.
Los medios de comunicación brasileños dan por hecho que este será el caso con Rousseff.
El firmante de esta notificación será el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF, la máxima corte de justicia de Brasil), Ricardo Lewandowski, quien presidirá todo el proceso del "impeachment".
--La instrucción--
Durante la instrucción del juicio, Dilma tiene derecho a comparecer como investigada, pero también tiene derecho a permanecer en silencio o a no declarar.
"El encargado de defender a Dilma Rousseff será el fiscal general José Eduardo Cardozo", le explica Costa a BBC Mundo.
Cardozo, que pertenece al mismo Partido de los Trabajadores de Rousseff, deberá dejar el cargo.
No hay un plazo definido para esta fase de investigaciones, que serán dirigidas por una comisión presidida por el senador Raimundo Lira, del PMDB.
Lewandowski será el encargado de decidir sobre los posibles recursos de los parlamentarios sobre el procedimiento.
Cuando finalice la instrucción, la defensa y la acusación tienen 15 días para presentar las alegaciones finales, explica el medio brasileño O Globo.
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--Primera votación--
La comisión deberá entonces elaborar un informe sobre si procede o no continuar con la acusación, en base a las pruebas presentadas y los argumentos de la defensa durante la instrucción.
La comisión tiene 10 días para elaborar este informe.
El parecer de la comisión será entonces llevado al pleno del Senado para una votación, en una sesión presidida por Lewandowski.
En esta sesión se decidirá si hay indicios de que Dilma Rousseff cometió crímenes de responsabilidad.
La decisión necesita de una mayoría simple de los senadores (41).
Si no se aprueba, se acabará el proceso y Dilma podrá volver al cargo.
Si los senadores acuerdan que sí hay indicios, serían convocadas la acusación y la defensa para hacer sus alegaciones, y los autos del proceso serían enviados a Lewandowski.
En ese momento, se fija la fecha del juicio.
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--La sesión del juicio--
El día de la votación final, el presidente del STF dirigirá los trabajos como un juez.
Los 81 senadores serán los "jurados" que definan el futuro de Dilma.
La sesión empieza con una lectura resumida del proceso y la toma de declaración de testigos, que pueden recibir preguntas de los senadores.
Entonces habrá un debate entre la acusación y la defensa, con derecho a réplica y contrarréplica.
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Los senadores también pueden debatir.
El presidente hará, entonces, una exposición del proceso y de los argumentos de ambas partes y dará paso a la votación final.
Será una votación nominal en la que los senadores anunciarán su voto.
Si dos tercios (54 de los 81) senadores deciden a favor del juicio político, Rousseff perdería definitivamente el cargo y, además, sería inhabilitada políticamente durante ocho años.
El vicepresidente Temer asumiría definitivamente la presidencia hasta el final del mandato, en diciembre de 2018.
Si no se logran esos votos, la presidenta sería absuelta y retomaría sus funciones.
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Fuente: BBC