María Elvira Rodelo Zambrano, de pelo rizado y traje blanco, fue quien creó esta modalidad en 1993. (Foto: El Tiempo).
María Elvira Rodelo Zambrano, de pelo rizado y traje blanco, fue quien creó esta modalidad en 1993. (Foto: El Tiempo).
El Tiempo / GDA

Estafados y endeudados hasta el cuello, así quedaron Román y Yomaira, dos adultos mayores que vivían en una pequeña casa en Sincelejo, Sucre. Esta pareja fue víctima de una de las modalidades de estafa que más dinero les ha quitado a los colombianos: la herencia millonaria.

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A Román y Yomaira, una mujer los contactó y se ganó su confianza para que les prestara un dinero que necesitaba para recuperar una herencia que el Gobierno le quería quitar y que cuando la tuviera en su poder iba a compartir con la pareja.

Ellos cayeron en el engaño y pusieron todos sus ahorros de décadas de trabajo informal, pues vieron en esta herencia la oportunidad de salir de pobres.

Sin embargo, no bastó con el dinero que tenían “guardado en el colchón”, así que se pusieron en la tarea –guiados por un supuesto familiar de la dueña de la herencia– de pedirles dinero prestado a todos sus amigos y conocidos. Todo lo anterior sin saber el infierno que les esperaba y que terminarían siendo el objeto del odio de mucha gente que confió inocentemente en ellos, así como ellos en la herencia millonaria de aquella mujer.

Román y Yomaira fueron víctimas de la estafa de la herencia millonaria en 2019, pero esta es una modalidad que lleva décadas funcionando, y les ha generado tanto incalculables réditos a sus inescrupulosos creadores y operadores como desgracias y problemas a sus miles de víctimas.

El origen

Todo comenzó en el año 1993, cuando María Elvia Rodelo Zambrano, de 29 años en ese entonces, se mudó al barrio República de Chile, en el suroccidente de Cartagena.

Según información recaudada dentro de la comunidad por la Fiscalía, Rodelo llegó al barrio en condiciones casi de indigencia. Nadie sabía de dónde venía, pero se ganó el favor de la gente, pues era amable y se relacionaba bien con los vecinos.

Su paso por el barrio Chile fue corto, pero beneficioso para sus fines personales, pues a finales de ese 1993 la mujer desapareció sin dejar rastro y dejó sembrada la duda de su paradero en la comunidad. La gente se preguntaba qué habría pasado con María Elvia, pero no había respuestas.

Esa duda se mantuvo en el aire y fue tema de conversación recurrente en las terrazas de las casas del sector hasta mediados del año 1995, cuando por las estrechas calles del barrio se paseó lentamente –como exhibiéndose– en una Toyota Burbuja último modelo.

De esa lujosa camioneta, rodeada por varios guardaespaldas, se bajó la mismísima María Elvia Rodelo Zambrano. La mujer que antes era considerada casi como una indigente en el barrio, ahora vestía ropa cara y lucía joyas de oro en cuello, orejas y manos. Junto a ella, su esposo, Luis Concepción Rodelo Sayas, de 35 años en esa época.

En las calles del barrio República de Chile, en Cartagena, comenzó la estafa de la herencia millonaria. (Foto: Google Maps)
En las calles del barrio República de Chile, en Cartagena, comenzó la estafa de la herencia millonaria. (Foto: Google Maps)

Todo el barrio se sorprendió y salió a ver a la nueva María Elvia. Querían saber qué le había pasado y cómo es que ahora era rica.

En ese momento nadie se imaginó que todo era un plan de María Elvia para estafar y que al escucharlos ya estaban ad portas de ser una de sus víctimas.

“La mujer narró en el barrio Chile que se había ido a trabajar en Cúcuta, pero estando allá cayó enferma de gravedad y estuvo al borde de la muerte. Afortunadamente, según ella, se le apareció la Virgen del Carmen y le dijo que le iba a hacer un milagro”, explica Ernesto*, quien fue uno de los funcionarios de la Fiscalía en Cartagena que le dio cacería a Rodelo y su estructura criminal.

María Elvia contó que el milagro que recibió llegó en la forma de una persona que prácticamente la adoptó. Se trataba de Oto Benito Rueda Zárate, un supuesto empresario multimillonario de origen venezolano, quien había perdido a su familia y le había cogido cariño a ella porque le recordaba a su hija fallecida.

Sin embargo, poco tiempo después Rueda murió, no sin antes decidir que ella sería la beneficiaria de su enorme herencia de 4,8 billones de pesos. Pero este acto de solidaridad y amor de Rueda tenía una condición y es que esa fortuna solo se podría reclamar con actos altruistas.

Ahora, María Elvia era responsable de esa fortuna, sobre la cual tendría derecho si y solo si la mitad de la misma era repartida entre otras personas en actos de generosidad. Así empezó la estafa de la herencia millonaria.

Las ‘primeras víctimas’

Desde su llegada a Cartagena, Rodelo empezó a ejecutar su estafa. El modelo era sencillo. Primero, contaba la historia de su vida y explicaba la situación. Segundo, las personas que la escuchaban y se interesaban debían entregarle 40.000 pesos para gastos notariales y una fotocopia de su cédula por ambos lados para ser incluidos en la lista de beneficiarios. Tercero, estar atentos a las actualizaciones que ella les fuese dando sobre el proceso legal y –en caso de ser necesario– aportar más dinero para gastos de abogados.

En el barrio Chile cayeron muchos de sus vecinos entre el año 1995 y el 2003. Además, estafó a cientos de cartageneros más en otros barrios de la ciudad, algunos incluso en sectores exclusivos.

“Ella moldeaba su historia según su víctima. A otras personas en Cartagena les explicó que su esposo era un narcotraficante que logró negociar su libertad con la justicia colombiana comprometiéndose a repartir sus bienes entre la comunidad, para lo cual necesitaban personas que aportaran con gastos notariales y de juristas que estaban en proceso de recuperar el dinero que la Dian les mantenía retenidos y poder entregarlos a la gente”, precisa el exfuncionario.

Pero los relatos de Rodelo y su marido eran falsos, el dinero que ostentaba desde el año 95 en Cartagena provenía de ese modelo de estafa que ya había aplicado en Barranquilla y Sucre, donde se alió con pastores de iglesias evangélicas que convencían a sus seguidores para que le entragaran dineros y documentos a la mujer.

“Rodelo estuvo así durante años, estafando a miles de personas en la Costa y aprovechándose de la ventaja de que sus primeras víctimas eran profundamente religiosas y como el dinero era de ‘origen divino’ por el supuesto milagro que la mujer recibió, casi nunca reclamaron ni generaron escándalos”, detalla Ernesto.

El resbalón

Rodelo venía manejando muy bien a sus víctimas. Ella sabía cómo mantenerlas tranquilas. Sin embargo, su ambición le trajo problemas, pues empezó a apuntar a víctimas más adineradas e inquietas, a quienes les pedía sumas de hasta 300 millones de pesos.

Una de las víctimas de Rodelo le contó a la Fiscalía que “el 4 de diciembre del 2000 María Elvia contrató un bus de Brasilia y 27 cabezas de grupo nos fuimos hasta Bogotá y nos alojó en el Hotel Dann. Allá nos pidió entre 5 y 7 millones de pesos por persona, más fotocopia de la cédula autenticada en la Notaría 9. La plata la íbamos a recibir a las 2 de la tarde en un banco que nunca reveló y fue cuando comencé a sospechar y a dudar”.

Con ese testimonio y el de cientos de personas más se empezó a labrar la caída de Rodelo. El 29 de julio de 2003 se logró la captura de María Elvia, justo cuando estaba a puertas de recibir otra millonaria cantidad de dinero de decenas de víctimas que había convocado en una reunión en Bogotá.

Rodelo solía armar viajes a Bogotá con sus víctimas y hospedarlos en hoteles para persuadirlos y que le entregaran más dinero. (Foto: Carlos Ortega, Mauricio Moreno, Rodrigo Sepúlveda / El Tiempo)
Rodelo solía armar viajes a Bogotá con sus víctimas y hospedarlos en hoteles para persuadirlos y que le entregaran más dinero. (Foto: Carlos Ortega, Mauricio Moreno, Rodrigo Sepúlveda / El Tiempo)

María Elvia Rodelo fue condenada a 13 años de cárcel por estafa agravada. Sin embargo, estuvo en la cárcel solo durante cinco meses.

“Nadie se explica cómo salió tan rápido. Pero, siempre sospechamos que fue gracias a sus contactos, pues utilizó parte de su dinero para codearse con políticos importantes de la Costa, en especial de Cartagena, quienes habrían intercedido por ella”, explica el exfuncionario de la Fiscalía.

De vuelta a las andadas

Mientras estuvo encarcelada y durante un tiempo después de haber quedado libre no se supo más de María Elvia. Sin embargo, investigaciones de la Fiscalía apuntan a que sus víctimas religiosas siguieron confiando en ella y le dieron más dinero, pues ella les explicó que su encarcelamiento se debía a problemas que tuvo su esposo en el pasado y terminaron por salpicarla.

“Una vez salió se mantuvo con bajo perfil, pero siguió con su estafa. Para mantenerse lejos de la justicia comenzó a aplicarla en pueblos pequeños de Sucre, Bolívar, Atlántico, Antioquia, Cesar y Santander. Y ahora se enfocaba más que nada en grupos religiosos, los cuales le habían dado más resultados”, acota Ernesto.

Su nuevo plan le dio resultados durante varios años y las víctimas que dejó a lo largo de al menos nueve departamentos del territorio nacional ascendieron a miles.

Además, ahora ya no daba la cara y no ostentaba tanto en público. Rodelo entendió que estaría más segura delegando la tarea de captar gente a los pastores de las iglesias donde quería montar su estafa y bajando un poco sus pretensiones económicas.

Para el 2013 se estima que María Elvia Rodelo ya había obtenido más de 100.000 millones de pesos con la herencia millonaria. Ya tenía un pequeño imperio económico ilegal bien protegido por el secreto de sus víctimas, las cuales casi nunca la denunciaron.

Pero ese mismo año, la estabilidad de Rodelo se vio perturbada cuando una comunidad del barrio María Eugenia en Barrancabermeja denunció que la pastora de su iglesia los venía estafando desde el año 2009. La religiosa en cuestión era una de las lacayas de Rodelo y había puesto su iglesia a disposición de la estafa para lucrarse.

La denuncia desencadenó una investigación que terminó en la segunda y, al parecer, definitiva captura de María Elvia, quien fue víctima de la ambición y no pudo resistirse a recibir ella misma una fuerte suma de dinero que una víctima le iba a entregar en un reconocido hotel de Cartagena. Ese incauto era un miembro del CTI y la cita era simplemente la trampa en la que Rodelo, quien por años lució astuta, terminó cayendo.

A Rodelo y su estructura criminal los condenaron por estafa agravada y concierto para delinquir, y hoy en día están todos presos.

Las autoridades estiman que durante sus casi 30 años de carrera criminal, María Elvia Rodelo habría estafado a más de 15.000 personas y habría obtenido ganancias por más de 200.000 millones de pesos.

La estafa no ha terminado

El caso de Román y Yomaira, en Sincelejo, sucedió en 2019, con María Elvia estando en la cárcel. Sin embargo, ellos aseguran que la modalidad es la misma, aunque no saben si detrás de todo esté María Elvia, uno de sus tantos aliados o imitadores de Rodelo que se apropiaron del modelo de la herencia millonaria y lo refinaron aún más.

Sin embargo, lo que sí está claro es que la estafa de la herencia millonaria sigue en pleno 2021 y el caso de esta pareja de adultos mayores en Sincelejo, el cual se propagó y dejó varias víctimas en el barrio donde vivían, continúa siendo un problema. Además, ahora ha mutado como un virus.

A Román y Yomaira los utilizaron para contar la historia y pedir dineros, y cuando la plata de la herencia no apareció, a esta pareja de bajos recursos la amenazaron de muerte en varias ocasiones las personas a las que les pidieron dinero prestado, por lo cual se vieron obligados a vender la casa para “matar las culebras” y poder estar en paz lo que les resta de vida.

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