Grupos de personas en sus coches participan una caravana en apoyo a la petición de realizar un juicio político al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por su cuestionada gestión frente a la pandemia del coronavirus hoy, en el centro de Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Fabio Motta
Grupos de personas en sus coches participan una caravana en apoyo a la petición de realizar un juicio político al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, por su cuestionada gestión frente a la pandemia del coronavirus hoy, en el centro de Río de Janeiro (Brasil). EFE/ Fabio Motta
/ FABIO MOTTA
Agencia AFP

Miles de personas desfilaron este sábado en caravanas por varias ciudades de para pedir la destitución del presidente por su gestión de la pandemia y en protesta por el atraso en la campaña de vacunación en el segundo país con más muertos por el coronavirus.

Convocados por partidos y organizaciones de izquierda, unos 500 vehículos recorrieron la Explanada de los Ministerios y otras avenidas principales de Brasilia, con sus vidrios pintados con lemas como ‘Fora Bolsonaro’ (Fuera Bolsonaro), ‘Impeachment Já!’ (Impeachment Ya) o ‘Vacina para todos Já’ (Vacuna para todos Ya) entre un gran estruendo de bocinazos.

Los asistentes protestaron también contra el fin de la ayuda de emergencia con la que 68 millones de brasileños, casi un tercio de la población, pudo sobrellevar desde abril hasta finales de diciembre los devastadores efectos de la pandemia.

Manifestaciones similares, con caravanas de varios centenares de coches, se llevaron a cabo o estaban convocadas en otras ciudades del país, como Río de Janeiro o Sao Paulo.

Bolsonaro minimizó en varias ocasiones la gravedad del coronavirus, al que llegó a calificar de “gripecita”. También cuestionó la eficacia de las vacunas y recomendó “tratamientos precoces” con medicamentos cuya efectividad no había sido comprobada. También criticó las medidas de aislamiento social, por sus efectos económicos, y el uso de mascarillas.

Su gobierno es blanco de duras críticas por errores de gestión ante la crisis sanitaria y por el retardo en la vacunación, que empezó esta semana, mucho después que en otros países, y que ha tenido problemas de organización.

Las protestas seguirán el domingo en las principales ciudades, esta vez organizadas por organizaciones de derecha, como el Movimiento Brasil Livre (MBL) y Vem Para Rua (Ven a la calle), que apoyaron al mandatario a su llegada al poder en enero de 2019 pero que luego se desvincularon de él por su gestión de la pandemia.

Un sondeo del Instituto Datafolha realizado entre el miércoles y el jueves reveló una abrupta caída en la aprobación del mandatario, la peor en sus dos años de gestión.

Un 31% de brasileños considera que el mandatario ultraderechista hace un “buen” o “muy buen” trabajo, frente a un 37% en los sondeos tanto de agosto como de diciembre pasado, cuando alcanzó su máximo nivel de aprobación.

Según Datafolha, el índice de rechazo de Bolsonaro llega a 51% entre las personas que temen contagiarse con coronavirus.

La segunda ola de pandemia está dejando más de mil muertos por día en Brasil, y causando estragos en Manaos, capital del estado de Amazonas, donde los hospitales ya no cuentan con camas para cuidados intensivos y decenas de personas murieron asfixiadas debido a una escasez de oxígeno.

A nivel nacional ya se han registrado más de 215.000 muertos, una cifra solo superada por Estados Unidos.

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