'Cosmos' se despidió de su fiel compañero Rubén Espinosa
'Cosmos' se despidió de su fiel compañero Rubén Espinosa

Cuando el portal SinEmbargo.mx lo entrevistó el pasado 1 de julio, el fotoperiodista mexicano contó que su deseperada huida de Veracruz, donde su vida corría peligro, le había impedido llevarse consigo a su querida mascota 'Cosmos'.

El lunes 'Cosmos' también estuvo en el panteón Dolores de la Ciudad de México para el conmovedor último adiós al fotoperiodista asesinado el viernes junto a cuatro mujeres, entre ellas una activista de los derechos humanos.

El cócker spaniel de cuatro años y de color canela había sido llevado al DF para el reencuentro con Espinosa poco antes de su muerte.

Los amigos de Espinosa dicen cuidaba a 'Cosmos' como a un hijo. "Veían la televisión juntos y Cosmos adquirió tal adicción a la pantalla que cuando Espinosa tenía que trabajar fuera de casa unos días lo dejaba hospedado en una pensión para perros con servicio de televisión", reseñó el diario "El País" de España.

"Mientras Cosmos buscaba el contacto con su protector, la novia de Rubén lo consolaba y le hablaba cariñosa: 'sí, ahí está tu papá'", contó la revista "Proceso", medio donde colaboraba Espinosa.

Family and friends embrace Cosmos, the dog of murdered photojournalist Ruben Espinosa during his funeral service in Mexico City, Monday, Aug. 3, 2015. With an investigation barely underway, Mexican journalist protection groups are already expressing fears that authorities won't consider Espinosa's brutal killing as being related to his work - even though he fled the state he covered fearing for his safety. Espinosa, 31, worked for the investigative magazine Proceso and other media in Veracruz state. (AP Photo/Marco Ugarte)

Foto: AP

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SE FUE UN GUERRERO

El sepelio del fotoperiodista se convirtió en un acto en el que decenas de sus colegas asumieron como el adiós a uno de los 'duros' del clan.

"Para nuestra familia es un gran orgullo todo lo que hizo", dijo su hermana Alma Espinosa ante la tumba.

"Llegó a la línea siendo un guerrero muy valiente. Es un orgullo para la familia", remarcó una vez que el ataúd quedó tapado por la tierra.

"Dejamos el cuerpo de Rubén pero su alma está renaciendo. Vamos a buscar justicia", afirmó un amigo.

"Se nos fue uno que era de lo mejor de nuestra casa", dijo a Efe Alejandro Meléndez, uno de los fotoperiodistas más conmocionados durante el entierro de Espinosa en un céntrico panteón de Ciudad de México, donde desde hoy descansan sus restos.

Meléndez lo recuerda como un profesional en toda la palabra, que tomaba fotos donde pocos y además hacía entrevistas a la gente de a pie, y al referirse a su asesinato asume que se han llevado al mensajero, pero su mensaje se queda.

"Su cuerpo descansó, sus ideas están vivas", declaró el fotógrafo, que interrumpió la solemnidad de las exequias para acercarse a la tierra donde quedó sepultado para siempre su amigo y ponerle al lado una pequeña cámara fotográfica.

Con el espíritu de equipo con el que se mueven aun cuando sean de medios diferentes, los fotógrafos recordaron este lunes a Espinosa sin llanto y varios dijeron tener vivo en la memoria el último encuentro con su colega.

"Fue hace dos semanas, le gustaban las tortas cubanas y nos comimos una grande. Tenía buen apetito, aunque era flaco y su espíritu era muy libre. Le gustaba la música punk, el reggae y las canciones de Manu Chao. Tenemos miedo, pero estamos decididos a cumplir su mayor deseo, que estuviéramos unidos", dijo Josué Marín.

No se llama Josué ni se apellida Marín, pero pide que lo identifiquen así porque él también está amenazado y no quiere darle pistas a quienes están enojados por sus denuncias y tal vez lo quieran asesinar.

Es el mismo ruego de Claudia, que sentada al lado de la tumba parece hacer una oración por el descanso del alma de Rubén y accede a hablar siempre y cuando no se divulgue su apellido.

"Tenía una cita con un amigo que lo iba a entrevistar para un documental sobre fotoperiodistas; yo los había puesto en contacto y habían quedado para verse antes de un viaje que tenía Rubén a Puebla el fin de semana, pero me lo mataron", dijo con voz quejosa.

Con 102 comunicadores asesinados desde 2000 hasta 2014, México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

"Es duro morir por hacer bien tu trabajo", se lamentó Saúl López, quien trabaja en la agencia de fotografía Cuartoscuro, donde Espinosa colaboraba.

Con información de EFE

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