Quito. El Gobierno de Ecuador aceptó el martes el acompañamiento de Naciones Unidas para abrir un diálogo con los indígenas y contener las protestas que se desataron hace días contra las medidas de austeridad tomadas la semana pasada por el presidente Lenín Moreno.
Miles de manifestantes indígenas llegaron a Quito desde zonas andinas del centro y norte del país y estaban planeando marchar al palacio presidencial el martes para presionar al mandatario a desistir de la eliminación del subsidio al diésel y la gasolina, que había estado vigente por décadas.
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Moreno declaró un estado de excepción y trasladó durante la noche del lunes las operaciones del gobierno a la ciudad costera de Guayaquil, donde ha habido menos disturbios.
“La única respuesta es diálogo y al mismo tiempo firmeza (...) diálogo con aquellas personas de bien que no están involucradas en la situación del saqueo”, dijo a una radio local el secretario de la presidencia, Juan Sebastián Roldán.
En un comunicado, la cancillería ecuatoriana dijo que el Gobierno está dispuesto a recibir el acompañamiento de Naciones Unidas, “que favorezca el retorno a la paz social y entendimientos dentro del país”.
La cancillería también denunció que los actos de violencia registrados durante las protestas han incluido saqueos, daños a bienes públicos y privados, ataques a ambulancias, el incendio de más de una decena de vehículos de la fuerza pública y el secuestro de varios de sus miembros.
Las protestas estallaron el jueves cuando el gobierno puso fin a los subsidios a los combustibles como parte de un paquete de reformas económicas en el marco de un acuerdo por 4.200 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Grupos indígenas y campesinos han colocado barricadas en las carreteras con neumáticos en llamas, piedras y palos, mientras que la policía y militares desplegaron vehículos y dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos.
Los bloqueos de las carreteras han provocado desabastecimiento de gasolina y gas de uso doméstico en seis provincias del país, mientras que la estatal Petroamazons estima pérdida de producción de 165.000 barriles por día (bpd) por la paralización de tres campos petroleros.
Un portavoz de la mayor organización indígena CONAIE aseguró que han movilizado hasta el momento a unas 5.000 personas a Quito y que otros grupos estaban avanzando desde el norte del país sudamericano. El centro de Quito y varios puntos de la ciudad se volvieron caóticos por la presencia de manifestantes.
El caso fue distinto en Guayaquil, donde decenas de militares resguardaban el ingreso a la ciudad, que se mantenía en calma.
Unas 570 personas han sido detenidas en las jornadas de protestas, entre ellos un asambleísta cercano al expresidente Rafael Correa, según el Gobierno. Moreno ha acusado a su predecesor de internar un golpe de Estado con la ayuda del mandatario venezolano Nicolás Maduro.
“Quieren llevar a Ecuador a Venezuela”, aseguró Roldán.
Correa dijo en una entrevista con Reuters desde Bélgica que las acusaciones son una mentira.
“Son tan mentirosos que se contradicen ellos mismos. Dicen que soy tan poderoso que desde Bruselas con un iPhone podría dirigir manifestaciones (...) están mintiendo”, dijo Correa mostrando su teléfono celular.
Durante las protestas, hubo saqueos en varios puntos del país y la noche del lunes se registraron ataques al edificio de la Asamblea Nacional y la Contraloría, según las autoridades.
Además de la eliminación de los subsidios, Moreno está aplicando recortes de personal y de salarios en el sector público y planea algunas concesiones en las áreas de petróleo, telecomunicaciones e hidroeléctricas.
Fuente: Reuters