Durante seis años, Lenín Moreno fue el vicepresidente de Rafael Correa y uno de sus principales aliados. Juntos formaron un binomio sólido que no aparentaba fracturas. Como segundo del presidente, fue parte esencial de la llamada “revolución ciudadana” y el “socialismo del siglo XXI” que impulsó el economista cuando llegó al poder en el 2007 luego de años de inestabilidad política en Ecuador.
Pero la historia de amistad se quebró y la enemistad parece haber llegado a su punto máximo, con el expresidente acusando a su sucesor de traidor, farsante y dictador, y el actual mandatario señalando que Correa es quien está detrás de los disturbios y marchas indígenas que están poniendo en jaque su gobierno.
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Esta es la historia de cómo los antiguos aliados se convirtieron en enemigos acérrimos:
1. Desmarcarse del líder
Lenín Moreno asumió la jefatura de Estado en mayo del 2017. Rafael Correa le entregó la banda confiando en que su ex vicepresidente continuaría su legado y, quizá, que le guardara el cargo hasta que él decidiera volver a postular y regresar a la presidencia. Pero al poco tiempo, Moreno decidió empezar una nueva etapa y comenzó a distanciarse.
Tras asumir la presidencia, Moreno quiso dejar atrás el estilo confrontacional de Correa y conversó con algunos líderes opositores, muchos de ellos enconados rivales del expresidente, como Abdalá Bucaram, que aún vivía exiliado en Panamá y que meses después pudo regresar a Ecuador después de 20 años.
Moreno buscaba ampliar su base de apoyo pues ganó las elecciones con muy poca diferencia respecto a su adversario, Guillermo Lasso, que supo aglutinar al electorado anticorreísta.
2. La economía
En los siete primeros años del gobierno de Correa, Ecuador vivió una bonanza económica debido al alto precio de las materias primas y a la gran inversión estatal que se realizó en el país, tanto en infraestructura como en políticas sociales. Sin embargo, la situación empezó a cambiar al final de su último mandato cuando la economía empezó a golpear más a los ciudadanos.
A los pocos meses, Moreno empezó a criticar la herencia que recibió de Correa y señaló que el país tenía una deuda superior a los 41 mil millones de dólares debido a un acuciante déficit ocasionado por el elevado gasto estatal durante el anterior gobierno.
3. Asunto indígena
En julio del 2017, Moreno le dio en calidad de préstamo a la Conaie (la misma organización indígena con la que ahora está enfrentada) un edificio en Quito por el lapso de 100 años. Años antes, Correa le había quitado ese inmueble a la Conaie, con la que también tenía pugnas. El expresidente calificó el asunto como un “desaire”.
Ante la crítica, Moreno publicó en Twitter una imagen donde insinuó que Correa tenía “síndrome de abstinencia de poder”.
4. Jorge Glas
Al poco tiempo del mandato de Moreno, se destaparon pruebas de los nexos de su entonces vicepresidente Jorge Glas, muy allegado a Correa, con los sobornos de Odebrecht y se produjo un distanciamiento. Según las investigaciones, Glas habría recibido unos 14 millones de dólares en coimas a través de un tío suyo.
En agosto del 2018, Moreno ordenó por decreto retirarle las funciones de vicepresidente a Glas. Correa respondió señalando que se trataba de una persecución política hacia sus allegados y pasó a convertirse en el más enconado crítico de Moreno desde Bélgica, donde vive con su familia.
En octubre, la fiscalía ordenó prisión preventiva contra Glas, quien fue condenado en diciembre del año pasado a seis años de prisión efectiva.
5. Cámara escondida
A mediados de setiembre del 2017, Moreno denunció que se había encontrado en el despacho presidencial una cámara y señaló a Correa como el responsable de ello. Además, dijo que el exmandatario tenía acceso a las imágenes desde su celular.
“Estoy extremadamente molesto y voy a iniciar inmediatamente una investigación bastante fuerte acera del asunto y saber por qué el presidente Correa no tuvo la delicadeza de informarme que había instalado una cámara”, expresó en conferencia de prensa.
El expresidente respondió irónicamente a la acusación en Twitter:
Unos días después, Moreno dio una entrevista a BBC donde encendió más la polémica y aseguró que al expresidente se le había olvidado su promesa de “no molestar”.
“Él me manifestó que se iba a vivir a Bélgica y no va a molestar —lo estoy diciendo como un término un poco feo— que va a respetar completamente mis decisiones. Parece que se le ha olvidado un poquito la promesa”.
6. Referéndum y ‘descorreización’
En octubre del 2017, el presidente Moreno convocó oficialmente a una consulta popular sobre una serie de reformas, la más importante, revertir la reelección indefinida que había sido estipulada durante el mandato de Correa y con la que pensaba regresar a gobernar desde el 2021.
El referéndum de febrero del 2018 significó una victoria absoluta para Moreno. Con el 67% de los votos, se aprobaron las iniciativas del mandatario. Rafael Correa, que hizo activamente la campaña por el No, señaló un “rompimiento constitucional”.
Actualmente, Correa es requerido por la Justicia ecuatoriana por varias denuncias de corrupción, por lo que ha decidido continuar su estadía en Bruselas. Pero desde allí continúa siendo el más enconado crítico de la gestión de su ex vicepresidente.