Cerca de un millar de personas han recibido hoy en la Parroquia de Santa Beatriz de Bogotá la reliquia de San Juan Pablo II, una cápsula con sangre no coagulada del papa polaco canonizado en 2014.
La reliquia fue expuesta en Lima a inicios de mayo.
Como si se tratase de un auténtico jefe de Estado, los 155 alféreces de la Policía de Bogotá llegaron con la venerada reliquia del santo Karol Wojtyla abriéndose paso entre los centenares de personas que se agolpaban a las puertas del templo católico.
El silencio fue sepulcral cuando tres miembros de la Policía Nacional de Colombia en representación de todos los policías en condición de discapacidad portaron el libro que contenía la reliquia con el plasma del sumo pontífice.
Al patrullero Edwin le amputaron sus dos piernas cuando fue alcanzado por una bala infectada en acto de servicio; la cabo primera Rosa también sufrió el impacto por un arma de fuego que la dejó paralítica; y a Carlos, dos puñaladas en el corazón le provocaron un daño neurológico del que se está recuperando actualmente, explicó a EFE la subteniente de la Policía Janeth Vélez.
El humo del incienso se mezclaba con la nube de teléfonos que intentaban inmortalizar el momento y con las manos de los feligreses que se estiraban al máximo para tocar con la yema de sus dedos la cápsula con la sangre santa, mientras los tres agentes avanzaban hacia el altar.
"Es una gran bendición, es como si el papa Juan Pablo II visitara por tercera vez Colombia y llevara a este país su mensaje de misericordia y de amor", afirmó el Nuncio Apostólico de Colombia, Ettore Balestrero.
La misa fue oficiada por el arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, Rubén Salazar, quien aprovechó para denunciar la "situación de extrema angustia" y de "tensión, conflicto y muerte" que vive el país.
"Unidos a Cristo, seremos capaces de reponer todo aquello que nos separa, que nos divide, que nos enfrenta; todo aquello que nos ha llevado a esta guerra insensata que vivimos y a empezar a construir relaciones de paz a través de la justicia, del perdón y de la reconciliación", manifestó el arzobispo.
Las palabras del cardenal las escucharon en directo las 360 personas que tuvieron la suerte de entrar a la parroquia; afuera, medio millar de devotos, según fuentes policiales, miraban conmocionados las tres pantallas por las que seguían el oficio religioso.
La sangre de San Juan Pablo II fue expuesta al público en la citada parroquia hasta la medianoche del martes. Hoy viaja hasta la población de Marinilla, en el departamento de Antioquia (noroeste) para volver, el 4 de junio, a la capital colombiana y abandonar definitivamente el país al día siguiente.
La muestra de sangre fue guardada luego de su última hospitalización en el año de su muerte y hasta el momento no se ha coagulado.
El 28 de junio de 2005, el mismo año de su fallecimiento, Benedicto XVI abrió la causa de beatificación del papa polaco. Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011 y el 27 de abril de 2014 fue canonizado por Francisco.
San Juan Pablo II visitó Colombia en vida del 1 al 7 de julio de 1986 y en esos siete días recorrió varias ciudades entre ellas Bogotá, Chiquinquirá, Cali, Tumaco, Popayán, Pereira, Chinchiná, Medellín, Armero, Lérida, Bucaramanga, Cartagena y Barranquilla.
Fuente: EFE