Dilma: "Esto no pasaría si el presidente fuera un hombre"
Dilma: "Esto no pasaría si el presidente fuera un hombre"

La mandataria de Brasil, , dijo que cree "que hay un componente fuerte" de machismo detrás del proceso que la puede llevar a perder el cargo y aseguró que "este no pasaría si el presidente fuera un hombre".

En una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, Rousseff afirmó que en el trámite para un juicio político percibe "varios tipos de violencia" y aseguró que "hay mezclado también un alto grado de prejuicios" que vinculó a su condición de mujer.

"Creo que hay un componente fuerte" de machismo, indicó la jefa de Estado, quien citó reportajes aparecidos en la prensa local que calificó de "misóginos" y ofensivos con las mujeres.

"Han dicho que estoy nerviosa, histérica, desequilibrada y hasta han insinuado que soy autista", apuntó la presidenta, quien aseguró que esos calificativos no habrían sido usados con un hombre.

"No soy de desesperarme. Tengo capacidad de lucha. Soporté la dictadura y la tortura. Pero lamento profundamente el alto grado de prejuicios contra las mujeres", declaró.

Dilma Rousseff, presidenta de Brasil. (Foto: Reuters)

-"Víctima de una gran injusticia"-

La presidenta brasileña afirmó que el juicio en el Congreso con que la oposición intenta despojarla de su mandato generará aún mayor inestabilidad política en Brasil e impedirá la recuperación económica por tratarse de una ruptura constitucional.

"Necesitamos entender que ese proceso no va a traer estabilidad política al país porque rompe la base de la democracia. Se trata de un golpe", afirmó la jefe de Estado en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros.

Dilma Rousseff reiteró que se siente víctima de una gran injusticia debido a que el juicio político en su contra no tiene base legal.

"No hay la menor base legal para ese proceso. No tengo ningún problema en lo que se refiere a irregularidades. Soy una persona contra la que no hay ningún proceso de corrupción o pruebas de cualquier tipo de irregularidad con dolo y mala fe", dijo.

Agregó que todo se trata de una gran injusticia porque está pasando por un proceso de "medias verdades" ya que los opositores alegan que el impeachment está previsto en la Constitución pero no dicen que el proceso exige una base legal que en su caso no existe.

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Rousseff dijo también que los esfuerzos para que enfrente un juicio político están generando odio e intolerancia.

Agregó que el proceso con fines destituyentes aprobado por la Cámara de Diputados el domingo y cuya apertura está ahora en manos del Senado agravará aun más la recesión económica enfrentada por el país.

"Sin democracia Brasil no se transforma y no recuperamos la capacidad de impulsar el crecimiento económico. Para crecer y combatir la pobreza se necesita de estabilidad política", aseguró.

Dijo que otro agravante es que todo el proceso fue impulsado por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, como venganza por la decisión del Gobierno de no ayudarlo a frenar los procesos por corrupción que el legislador enfrenta tanto en el Legislativo como en la Justicia.

"El presidente de la Cámara está siendo investigado por corrupción y en ese momento él quería tres votos del partido del Gobierno para hundir el proceso en su contra en la Comisión de Ética de la Cámara. Nos negamos a aceptar eso y ahí, por venganza, comenzó el proceso", dijo.

"Soy víctima de un proceso en que mis juzgadores tienen un historial que no los abona para ser jueces de nada sino para ser reos", agregó en referencia a Cunha.

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Según Rousseff, todas esas circunstancias le permiten decir que es víctima de un proceso basado simultáneamente en una injusticia, en un fraude jurídico y político y en un intento de golpe.

Aseguró que en Brasil hay un "filón golpista adormecido" y que todos los presidentes desde que el país recuperó su democracia, en 1985, han sufrido intentos de "impeachment".

En su opinión, la recesión en Brasil tampoco puede ser usada como motivo para el proceso en su contra debido a que no la pueden culpar por la crisis económica internacional ni por el fin de los precios elevados de las materias primas en los mercados mundiales.

"Si la crisis económica fuese un argumento para sacar presidentes, no habría ningún presidente en pie en los países desarrollados que enfrentaron crisis más graves y pérdidas de empleos mayores que las de Brasil", afirmó.

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Fuente: Agencias

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