(Foto: AFP)
San Simón AFP
Redacción EC

Un puro, bigotes, sombrero de ala ancha, camisa blanca y un traje negro, una descripción clásica de . Una figura que moviliza a cientos de personas en para realizar rituales y pedir milagros en nombre del amor, el éxito en los negocios e incluso los celos.

No es un santo canonizado, es una figura completamente sincrética. San Simón, no es un personaje popular que haya existido, sino que es la representación católica de Rilaj Maam, un nawal -ser sobrenatural- de los maya- tz'utujiles de Santiago Atitlán, municipio del departamento de Sololá en Guatemala.

Pero es en el municipio guatemalteco de Itzapa donde se ofrece también una celebración cada 28 de octubre. Una feria en honor a San Simón se pone en marcha con juegos pirotécnicos, bailes, música y licores.

Cerca a la capilla que acoge a San Simón no faltan los vendedores de velas, flores y objetos propios de la celebración de la figura sincrética. Todo esto se mezcla con los tacos, chorizos y carnes que se venden en el mismo lugar generando un mismo aroma.

San Simón acoge a todo tipo de fieles, es protector de comerciantes, viajeros, pandilleros, prostitutas y criminales. Por ello los pedidos a este "santo" son de todo tipo: justicia, protección, salud, amor, castigos, suerte en el azar, etc.

Por ello, en su altar se puede ver un arco iris de velas. Cada color tiene que ver con el tipo de deseo que se encomienda a San Simón. Mientras el rojo simboliza el amor, el verde es para la prosperidad, el azul da buena suerte, el rosado salud, el celeste es para  pedir dinero, las velas moradas son para menguar los malos pensamientos, las  de color amarillo y blanco simbolizan protección y las de color negro se colocan por celos y hechizos.

Además de estos materiales, el recinto está plagado de guías espirituales que sirven de intermediarios entre los fieles y San Simón. Ellos hacen rituales para limpiar de malas energías, para lo que usan licor, puros y chilca, una planta a la que se le atribuyen poderes curativos.

Pero el santo tiene sus preferencias, le gusta la tortilla y el guaro (aguardiente de caña). Sin embargo, es quizás el más permisivo de todos, ya que sus fieles bailan, fuman, toman alcohol para celebrarlo. San Simón traspasa fronteras, ya que cada año atrae un cerca de 14 mil turistas  de dentro y fuera de Guatemala.

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