Cuando una persona, como el caso del opositor venezolano Leopoldo López, decide utilizar la huelga de hambre como medida de protesta el cuerpo se degrada de forma progresiva. Si no es muy larga, los daños no serán graves. Pero al ser un ayuno prolongado (a partir de una semana), la destrucción del organismo puede ser irreversible.
Jesús Barrios, médico internista y cardiólogo del Centro Médico Loira, explicó que el cuerpo consumirá primero los azúcares que tiene reservados a partir de 24 horas sin alimentarse. Luego empezará a valerse de las grasas para utilizarlas como energía, lo que ocasionará una constante pérdida de peso.
Este recurso solo será empleado para mantener en funcionamiento los órganos principales: riñones, corazón y cerebro.
“El proceso es rápido y progresivo. El corazón y el cerebro necesitan energía, si no la tienen, comenzarán las pérdidas de funciones vitales y el organismo bajará la velocidad de trabajo para mantener en funcionamiento el cerebro”, detalló.
En una tercera fase el organismo recurrirá a las proteínas, lo que llevará a la destrucción de tejidos musculares. El problema es que estos recursos pueden tener tóxicos dañinos para el cuerpo", indicó Barrios.
Evelyn Duarte, médico general, explicó que los daños dependerán de si la persona cuenta con hidratación parenteral (suero, agua o soluciones). “También depende de la condición física del paciente. Si alguien ha tenido una alimentación rica en proteínas, podría resistir más”, añadió.
Sostuvo que el clima en el que se encuentre el huelguista tendrá determinación sobre el comportamiento del cuerpo. La pérdida de grasa afectará su temperatura.
Duarte afirmó que es un factor fundamental si la persona tiene una condición patológica especial. “Si es alguien que sufre de diabetes, hipertensión u otra condición especial, los síntomas podrían ser más severos”, afirmó.
Si una persona tiene 30 días en huelga de hambre, comenzará una constante degradación del tejido de los órganos porque el cuerpo utilizará los recursos reservados allí, lo que ya sería irreversible. “Los tóxicos que tienen los recursos que utiliza el cuerpo al estar en ayuno prolongado dañan las mismas neuronas”, indicó Duarte.
Un paciente en prolongado ayuno sufrirá mareos, debilidad muscular y problemas estomacales. “Llegará un momento en que la persona no sentirá hambre”, agregó. Los riñones tendrán problemas para filtrar si no se recibe una hidratación adecuada. Esto se combina con la posibilidad de padecer infecciones urinarias.
Leopoldo López cumplió este lunes 29 días en huelga de hambre. Lilian Tintori informó ayer que el líder de Voluntad Popular ya no puede pararse.
Fuente: "El Nacional" / GDA