Foto: Captura de video
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BBC News Mundo

"La gente no huye de sus hogares porque quiere, la gente huye de sus hogares porque siente que tiene que hacerlo. ¿Por qué? Porque no tienen trabajo, porque están amenazados por las pandillas, porque no tienen cosas básicas como agua, educación, salud".

Con estas palabras, el presidente de , , responsabilizó a su propio país por la muerte de un padre y su hija que se ahogaron la semana pasada cuando intentaron cruzar el Río Bravo para llegar a desde la frontera con México.



La foto de Óscar Martínez y su hija Angie Valeria Martínez Ávalos, de apenas 23 meses de edad yaciendo abrazados boca abajo en la rivera del río causó indignación en todo el mundo y reinició el debate sobre la inmigración ilegal y las duras políticas migratorias del presidente estadounidense .

En conversación con la BBC, Bukele, quien asumió el cargo hace un mes, afirmó que su gobierno tenía que resolver los problemas que obligaban a la gente a abandonar el país.

Convertir a El Salvador en un lugar seguro y mejor, fue una de las promesas de su campaña.

Opción, no obligación

"Podemos culpar a cualquier otro país, ¿pero y qué de nuestra culpa? ¿De qué país huyeron? ¿Huyeron de EE.UU.? Huyeron de El Salvador, huyeron de nuestro país. Es nuestra culpa", continuó el presidente.

Aunque condenó el tratamiento que se les da a los migrantes en EE.UU. y México, Bukele reiteró que había que enfocarse en hacer que "El Salvador sea un mejor país, un lugar del que nadie tenga que migrar".

"Creo que la migración es un derecho, pero debería ser una opción, no una obligación. Y ahora mismo es una obligación para mucha gente".

Muchos de los migrantes que intentan entrar en EE.UU. dicen huir de la violencia y la pobreza en El Salvador, y Guatemala.

Los cuerpos ahogados de Óscar Martínez Ramírez y su hija de 23 meses, Angie. Foto: AFP
Los cuerpos ahogados de Óscar Martínez Ramírez y su hija de 23 meses, Angie. Foto: AFP

El objetivo de estas personas es solicitar asilo en EE.UU.

En opinión de muchos críticos, la postura de Trump frente a la inmigración está empujando a los migrantes a elegir rutas más peligrosas.

Según la Patrulla Fronteriza de EE.UU., al menos 238 migrantes murieron en la frontera entre México y EE.UU., pero activistas de derechos humanos aseguran que la cifra es mayor.

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