"La oposición venezolana siente que tendrá el apoyo de PPK"

Ha pasado un año y cinco meses desde que un grupo de agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) de Venezuela ingresó a las oficinas del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, para detenerlo y trasladarlo a la prisión de Ramo Verde. Fue acusado de conspirar en contra del gobierno de Nicolás Maduro. Tras ello, su esposa, Mitzy Capriles, emprendió una gira para advertir sobre lo que vivía la oposición en su país.

El domingo Mitzy Capriles se reunió con el presidente electo Pedro Pablo Kuczynski.

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— A los tres meses de su reclusión, Antonio Ledezma fue trasladado a prisión domiciliaria tras ser operado por una hernia. ¿Cómo se encuentra actualmente?

Muy bien, gracias a Dios. Él desarrolló dos hernias, yo lo atribuyo al maltrato al que
fue sometido el día de su traslado y secuestro por 12
horas. Pero ahora está muy firme y convencido de que se hubiera sentido terriblemente
mal si tomaba la decisión de irse de su país. Te confieso que, en mi debilidad de esposa, le pedí que no se quedara. Me pidió que no se lo repitiera. Antonio tenía 33 días siendo perseguido, el gobierno le quitó la mayoría de sus competencias, le dejó solo el 5% del presupuesto. Castraron a la ciudad de Caracas de tener a su alcalde.

— ¿Cómo transcurren los días de su esposo?

Antonio es un hombre que no guarda odios. Es consciente de que se debe entablar un
diálogo. No le permiten asomarse a la ventana, bajar a tomar sol, no puede declarar.
Está encerrado en el departamento, desde que llegó hace un año y dos meses.

— ¿Usted y sus hijos cómo enfrentan esta situación?

He dicho en muchas oportunidades que si es necesario, iré al fin del mundo para
seguir gritando la injusticia que se está cometiendo con todos nuestros presos políticos. A nuestras hijas, igual que a mí, les cambió la vida de la noche a la mañana.

— ¿Cuántas audiencias se han realizado contra él?

Una, después de negarle 11. En esa audiencia los alegatos de la defensa no fueron
aceptados. Ahora estamos en la fase de ver a quién nombrarán para que se busque la
forma legal de que salga en libertad. El gobierno tiene la oportunidad de lavarse la cara.
Ellos saben que uno de sus grandes errores fue meter preso a Antonio Ledezma.

— En una entrevista del año pasado, nos dijo que “contra el régimen de Maduro
conspira hasta el gato”… 

Contra él conspira él mismo. Todos los días hacen algo por cometer más errores. Parece que se han metido en una universidad para aprender a ser peores cada día, más injustos, más belicistas, odiando más a la parte opositora que, cabe resaltar, es cada vez más grande. Ahora muchos chavistas están de parte nuestra.

— El viernes, la justicia no permitió que juristas españoles, diplomáticos, opositores y prensa entraran a una audiencia para apelar la sentencia sobre Leopoldo López. ¿Qué opina de eso?

Nos confirma una vez más la cara negra de la no justicia. Cuando [los líderes opositores] van al tribunal, decimos que van al palacio de la injusticia. Tener a un demócrata como Leopoldo preso, cuyo peor pecado fue dar alternativas para que se creara un diálogo y un llamado para conducir una transición en paz. Ahí vemos cuánto desea dialogar el gobierno.

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— Ha visitado muchos países para mostrar la situación de Venezuela. ¿Cuál es su balance sobre eso?

Al principio hablábamos de estar al borde de una crisis humanitaria, hoy Venezuela ya está en una crisis humanitaria feroz. Te diría que Venezuela está muriendo lentamente, y si nuestros países hermanos no reaccionan de una manera más contundente, estarán dejando irse por el despeñadero a un país espectacular como Venezuela. Necesitamos del concierto de nuestros hermanos de Iberoamérica, principalmente.

— ¿Ha sentido que le han dado la espalda?

Sí. Pero en esta penúltima reunión de la OEA encontramos que, contra todo pronóstico del gobierno, 20 países votaron a favor del informe del secretario Luis Almagro para invocar la Carta Democrática. Destacamos el conocimiento del secretario Almagro y su equipo sobre la situación. Pero ese informe, conforme pasen los días, se quedará corto y eso nos da mucho dolor.

— El año pasado visitó nuestro país, solicitó una reunión con el presidente Humala y él se la negó...

Sí, él no se manifestó personalmente. Vale la pena destacar que fui muy bien recibida por el canciller Gonzalo Gutiérrez y la primera ministra Ana Jara. Pero no me recibió el presidente. Sin embargo, los nombres de los presidentes cambian.

— Ollanta Humala nunca tuvo una condena fuerte contra lo que estaba pasando en Venezuela…

Y eso queda tristemente en nuestro recuerdo, porque fue un presidente que, en su
momento, no pudo ver la dimensión de la gravedad del tema de los derechos humanos.
No pudo, no supo o quizás estaba amarrado al Gobierno
Venezolano. El tema de derechos humanos debió primar sobre cualquier otro interés económico o político.

— ¿Qué expectativas tienen frente al nuevo gobierno peruano?
Los venezolanos tenemos puesta una gran esperanza en que el presidente electo
se convierta en adalid del encuentro de la democracia en Venezuela. Que el Perú y su
presidente triunfen en esta nueva gestión va de la mano del triunfo de Venezuela.

— ¿Ha tenido un acercamiento con Kuczynski en el pasado?

Sí. Durante la visita del año pasado, nos reunimos en privado con él y ahora aspiramos
a repetir la reunión. Tenemos la seguridad de que su angustia y su preocupación por Venezuela son genuinas y auténticas.

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— PPK instó a Latinoamérica a trabajar juntos para que Venezuela retome la democracia. ¿Cuál sería un buen primer paso cuando asuma el cargo?

Lo que ya empezó a hacer. Abiertamente, sin temor y sin dobles discursos, dice lo que
piensa y sabe qué está sucediendo en Venezuela. Sentimos que tendremos su apoyo
y no necesariamente porque le guste la oposición, lo que no le gusta es que se violen los derechos humanos.

— ¿Qué podría provocar la caída del gobierno de Nicolás Maduro?

Pretender minimizar o borrar lo que es un hecho real como el comienzo del proceso revocatorio es una muestra más de la desesperación de este gobierno. El chavismo no se imaginaba el triunfo que tendríamos en la Asamblea Nacional.

— ¿Cree que será su último gran error?

Amén. Que así sea. A punta de sus errores, los demócratas ganamos más credibilidad y terreno.