La Carta Democrática Interamericana (CDI) es un instrumento de la Organización de Estados Americanos (OEA) para señalar que en un país se produjo una ruptura del proceso constitucional por parte de un gobierno que fue electo a través de elecciones.
El poder Legislativo en Venezuela, controlado por la oposición, solicitó a la OEA la activación de esta figura para combatir la crisis económica, política y social que atraviesa el país.
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Luis Almagro, secretario general del organismo, analizó la situación vivida en Venezuela y respalda la activación de la CDI.
El presidente Nicolás Maduro, por su parte, considera que no existe ninguna "alteración del orden democrático" que justifique esta acción.
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Las cuatro principales consecuencias que traería para Venezuela la aplicación de este mecanismo democrático son:
► Con la activación de la Carta Democrática Interamericana se puede acordar la suspensión temporal del Estado Miembro, del ejercicio de su derecho de participación en la OEA.
► La intervención extranjera directa (Cascos azules u otras fuerzas) no está prevista en ninguno de los contenidos de la Carta Democrática, ya que eso iría en contra de los principios de no intervención, soberanía e independencia de los Estados, fundamentos que rigen el espíritu de la Carta de la Organización de los Estados Americanos (Art.3).
► La exclusión del sistema interamericano limita la capacidad de acción del gobierno, y este internacionalmente se encontrará aislado y en entredicha su gestión administrativa.
► Cualquier Estado miembro de la OEA o su secretario general podrán solicitar la convocatoria del Consejo Permanente para analizar la situación y adoptar las decisiones diplomáticas o de buenos oficios que se estimen convenientes, a fin de promover la normalización de la situación alterada.
Fuente: El Nacional / GDA
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