El Chigüire Bipolar, un proyecto digital de sátira y humor político de los venezolanos Elio Casale, Oswaldo Graziani y Juan Andrés Ravell, creadores también de la serie animada "La isla presidencial", es uno de los ganadores del Premio Václav Havel a la Disidencia Creativa 2017.
Además fueron galardonados el activista y dramaturgo zimbabuense Silvanos Mudzvov y la poeta y activista bareiní Aayat Alqormozi, informó hoy Human Rights Foundation (HRF), la institución que está detrás de estos premios que honran la memoria del expresidente y dramaturgo checo Václav Havel.
"El Chigüire Bipolar está jugando un rol cada vez más importante en la resistencia contra la campaña implementada por Maduro para suprimir la libertad de expresión. Su humor crudo y análisis riguroso demuestran el gran poder que tiene la sátira al momento de criticar a los regímenes autoritarios", dijo el secretario general de HRF y miembro del comité del premio Havel, Garry Kasparov.
Estos premios celebran a aquellos que, siguiendo el ejemplo de Havel, quien fue presidente del Consejo Internacional y de la Junta Directiva de HRF desde el año 2009 hasta su fallecimiento en diciembre de 2011, desenmascaran dictaduras con valentía e ingenio y deciden "Vivir en la verdad".
Los galardonados en 2017 recibirán los premios en una ceremonia que tendrá lugar el 24 de mayo próximo en el marco del Oslo Freedom Forum 2017, adonde, según dijeron hoy a un canal de televisión Ravell y Graziani, llevarán lo que está pasando en Venezuela.
"Hacemos noticias falsas en serio", dijo Ravell a CNN, que los entrevistó hoy después de conocerse la noticia, para explicar qué es "El Chigüire Bipolar", que, como su "hermana" "La isla presidencial", son "resultado del desempleo", de acuerdo con Graziani.
Ravell señaló que es una "sensación agridulce" recibir un premio en un momento en que lo que pasa en Venezuela "no es normal", mientras Graziani indicó que tratarán de usar como un "megáfono" para dar a conocer la situación cuando viajen a Oslo.
Ambos resaltaron que su humor es contra "los poderosos", sean quienes sean, y para resaltar lo absurdo provenga de donde provenga.
El también premiado por HRF Silvanos Mudzvov es un actor, dramaturgo y activista zimbabuense conocido por desafiar al dictador de su país, Robert Mugabe, en temerarias obras teatrales.
►[BBC] ¿Cómo ven los chavistas la crisis en Venezuela?
Para evitar la persecución del gobierno, Silvanos lleva a cabo lo que él llama presentaciones de "hacer y correr" en espacios públicos. Recientemente, fue premiado con una beca de investigación galardonada por el Fondo de Protección del Artista y reside en Manchester (Reino Unido).
"La perseverancia de Silvanos de utilizar el arte y las obras teatrales para desafiar a la dictadura zimbabuense es una inspiración para todos nosotros", dijo el presidente de HRF y del comité del premio Havel, Thor Halvorssen.
Aayat Alqormozi, la tercera de los premiados, es una poeta bareiní que utiliza su talento para abogar por la igualdad de derechos de los musulmanes chiítas y sunitas y para expresar su oposición a la monarquía de Bahrein.
En 2011, Aayat recitó poesía durante una protesta en la Plaza de la Perla, en plena revolución del pueblo bahrainí. A consecuencia de este acto de protesta fue expulsada de la universidad y encarcelada por "insultar al Rey y promover el odio contra el gobierno".
Sin embargo, la poesía de Aayat y su desafío pacífico a la monarquía la han convertido en un símbolo de resistencia contra el régimen de Al-Khalifa.
Entre los galardonados en ediciones pasadas con el Premio Vàclav Haval están el activista chino Ai Weiwei, el grupo de punk de protesta ruso Pussy Riot, el activista por la democracia norcoreano Park Sang Hak, la defensora de los derechos de la mujer saudí Manal al-Sharif y el artista de grafiti cubano Danilo "El Sexto" Maldonado.
Fuente: EFE
Este Diario entrevistó a fines del año pasado a los creados del "El Chigüire Bipolar", a continuación reproducimos la entrevista completa.
“Estaríamos presos si publicáramos todo lo que se nos ocurre”
Un roedor con problemas psicológicos es el culpable de sacar de sus casillas al Gobierno Venezolano. A punta de sátira, el Chigüire Bipolar se burla de las políticas que han regido el país en los úl -timos años y evidencia lo absurda que puede llegar a ser la realidad. Sus creadores –Oswaldo Graziani, Juan Andrés Ravell y Elio Casale– realizan a diario un ejercicio creativo en su portal de noticias falsas (www.elchiguirebipolar.net), que se ha convertido en un modo de defender el derecho a la libertad de expresión. Oswaldo (O) y Elio (E) nos hablan de ello.
—¿Quién es realmente bipolar, el Chigüire o el país?
O: El Chigüire... El país tiene más de dos personalidades.
E: Y todas depresivas [risas].
—El venezolano se toma todo en broma. ¿Esa natu-raleza ha contribuido a no tener un país serio?
E: Es cierto que todo nos lo tomamos a chiste, porque siempre estamos riéndonos de las adversidades. Pero la culpa no es de nosotros, es de los políticos.
O: El humor es saludable para los países. Es algo que existió en los momentos más dramáticos. Es una herramienta para defenderse de la gente que está en el poder.
—¿Se justifica que el venezolano hoy se siga riendo de su propia tragedia?
O: El humor es un mecanismo de defensa. La cosa es buscar el ‘timing’. Nos han pasado muchas situaciones,
como la muerte de Chávez, donde decidimos editorialmente tomarnos la cuestión con algo más allá de sentido del humor. Dar tiempo a quienes se sentían afectados.
—¿Alguna información del Chigüire que haya caído como un mal chiste?
E: Como en todas las democracias, hay veces que escogemos mal. Una vez hicimos un chiste con la enfermedad de Simón Díaz, que nos salió mal y nos arrepentimos.
—¿El Chigüire Bipolar ha llegado a autocensurarse?
O: La autocensura es un problema en Venezuela. Existe mucha discusión seria y muchas ideas que nunca salen, porque pensamos que pueden herir susceptibilidades o que se pueden interpretar como clasistas, humor fácil o barato. Y te digo, si nosotros publicáramos todas las ideas que lanzamos por mail estaríamos básicamente...
E: … presos [risas].
—¿Por qué el humor es un refugio de la libertad de expresión?
E: El humor político es una pequeña venganza del ciudadano con el que está en el poder, que te tiene oprimido, pasando hambre, haciendo cola. Una de las pocas cosas que puedes hacer en tal situación es burlarte.
O: El humor es un ejercicio de libertad de expresión y el Chigüire no es el primero que lo hace en Venezuela. Somos una versión reciente de “El Camaleón”, pero más atrás hubo otros como “El Morrocoy Azul” y “Cojo Ilustrado”. Hacemos sátira como una lucha contra el poder o ideas preestablecidas. No es un humor antichavista, también le damos a la oposición. Lo importante es que dé risa.
—¿Por qué creen que el Gobierno no se ha metido con el Chigüire Bipolar?
O: Se le hace difícil combatirnos. Y cuando lo intentan,las consecuencias los obligan a retractarse rápidamente. Se les hace más fácil ir encontra de la oposición y de la empresa privada que de los comediantes. Pero tienen otras formas de agredirnos. Por ejemplo, que no tengamos un espacio en televisión para decir lo que pensamos, no es algo natural. Y aunque en otro país podríamos ser muy rentables, en Venezuela nadie quiere asociar su marca a alguien que es tan frontalmente crítico del poder.
—¿El Gobierno de Venezuela carece de sentido del humor o es un mal chiste?
O: Pueden ser las dos cosas [risas]. El chavismo y el madurismo son la misma cosa, solo se diferencian en que Chávez tenía sentido del humor. Incluso habló positivamente de nuestro trabajo. En cambio, Maduro ha sido muy crítico con nosotros, él carece de sentido del humor.
E: El humor político requiere algo de inteligencia, porque se necesita saber de actualidad para entenderlo. Y este gobierno no tiene humor porque no tiene inteligencia.
O: Su humor es despreciable porque va desde arriba del poder a la gente que no tiene nada. Burlarse del hambre, por ejemplo, es ofensivo y no da risa a nadie.
—¿De llegar a su fin la era chavista seguiría existiendo el Chigüire Bipolar?
O: No solo seguirá existiendo, deseamos entrar ya en esa etapa. Tanto por un tema de cambio político como porque sentimos que necesitamos reinventarnos para seguir creciendo. Cómo podría ser el Chigüire en un país con otro gobierno, con libertad de expresión y donde se nos permita tener algo en televisión, en radio o hacer de nuestra web algo rentable.
E: Se llegó a pensar que si Chávez desaparecía, el Chigüire también iba a desaparecer y aquí seguimos. Y con otro gobierno, sea más dictatorial o democrático, allá estaremos. Yo no le veo final al Chigüire.