La venganza por el asesinato de su novio fue el motivo por el cual una mujer decidió ‘infiltrarse’ en la vida de Ramón Darío Viloria Barrios, alias Juancho.
La mujer señaló a este hombre como el responsable de la muerte de su pareja y sin que él supiera de su pasado lo empezó a seducir, haciéndolo caer en la trampa que le tendió. Con un plan calculado, ella se acercó a las esferas que el hombre frecuentaba.
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Su fachada era un local de comercio y la de practicante de la palabra de Dios. Y así, poco a poco, lo enamoró. Lo que no pasaba por la cabeza de alias Juancho era que la mujer estaba recopilando pruebas que demostrarían las actividades criminales a las cuales, de manera oculta, se dedicaba.
En Ciénaga de Oro, en Córdoba, Viloria posaba como un hombre correcto, pero escondía –según las autoridades- varios asesinatos a sangre fría, incluso de sus propios aliados. Por eso los investigadores señalan que “el poder se le subió a la cabeza”.
En el último año, Vilorio empezó a cuidarse más y se transportaba con un pequeño esquema de seguridad, manifestando que lo habían amenazado y lo querían secuestrar. También se alejó de las redes sociales. Las investigaciones señalaron que evitaba el uso del celular o correos electrónicos.
Pero su amor por la mujer era su debilidad y la Policía ya tenía indicios de sus actividades criminales desde el 2020, los cuales fueron corroborados por las pruebas que la informante entregó a las autoridades. Lo denominaron como un narco invisible del Clan del Golfo .
Su caída
A Vilorio, de 38 años, lo capturaron el pasado 11 de febrero. La población de su municipio no creía lo que estaba pasando, pues la Policía lo señaló como uno de los “mayores dinamizadores de una red narcotráfico y coordinador de una estructura multicrimen de homicidios y extorsiones en la subregión de Urabá y Córdoba”.
Incluso, ‘Juancho’ era buscado con circular roja de la Interpol y cuenta con una orden de captura para cumplir 22 años de prisión por los delitos de fabricación, tráfico y porte de armas, municiones de uso restringido y privativo de las fuerzas armadas o explosivos.
“Coordinaba el envío de estupefacientes a Centroamérica y desde ahí a Estados Unidos, a través de lanchas rápidas tipo ‘Go Fast’, con una capacidad de envío mensual de 1,5 toneladas de cocaína aproximadamente”, añadió el coronel Gabriel García, comandante de la Policía Metropolitana de Montería.
Y su pasado criminal era largo, según las investigaciones, tenía una trayectoria de más de 10 años en bandas delincuenciales y recibía a emisarios extranjeros del narcotráfico, quienes eran procedentes de Panamá, Costa Rica y Honduras.’Juancho’, de acuerdo con las autoridades, también es señalado de asesinatos selectivos y de uniformados de la Policía.