Venezuela: "Nuestro propósito no es extinguir al chavismo"

Vencer al chavismo, pero no aplastarlo.

Ese es el deseo de Jesús "Chúo" Torrealba, con el que seguramente algunos de sus compañeros de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no estarán de acuerdo.

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Torrealba no solo es portavoz, sino que como secretario ejecutivo de la MUD es uno de los grandes unificadores de la amplia y diversa coalición que forma la oposición en Venezuela y que ya tiene en mente un plan si llega al gobierno.

"Tenemos listo un acuerdo de gobernabilidad y listo un proyecto con las 25 iniciativas indispensables para arrancar el inicio de la transición política", dijo Torrealba en una entrevista con BBC Mundo.

Así lanza un mensaje conciliador en medio de la fuerte tensión que se vive en un país sacudido por una fuerte crisis económica por la alta inflación y el desabastecimiento de comida y productos básicos.

Pero teme que haya un estallido social en Venezuela si se impide la celebración del referendo revocatorio.

La MUD, que para este miércoles convocó una nueva marcha, alerta contra la posible suspensión de un revocatorio que desea antes de fin de año. De esta manera podría poner fin al gobierno socialista de Nicolás Maduro y a 17 años de chavismo.

Según Torrealba, la MUD debe tratar de buscar un triunfo que vaya más allá del electoral.

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—Gobierno y oposición se intercambian palabras duras, pero ya sabemos que hubo diálogo y que las dos partes acordaron que el Papa Francisco medie. ¿Qué está dispuesta a ceder la MUD en una negociación?

Hay que hacer todos los esfuerzos posibles para hacer una transición a la democracia en paz. Es fundamental, porque solo eso haría posible liderar un proceso de reconstrucción del país que sea solidario e inclusivo, y eso pasa por un acuerdo político que establezca garantías a los actores. Es evidente que los que hoy son gobierno van a ser oposición y no quieren ser oposición en las condiciones en las que la estamos ejerciendo nosotros hoy.

Los que hoy somos oposición vamos a ser gobierno y no debemos ni podemos ejercer el gobierno de la manera atrabiliaria y reñida con la legalidad y la constitucionalidad con la que lo hace en la actualidad el gobierno de Maduro. Para nosotros no hay contradicción entre un acuerdo político y el referendo revocatorio.

—Si como desea la MUD el revocatorio es antes del 10 de enero de 2017, ¿sería necesario también ese acuerdo?

Una cosa es la victoria electoral y otra la victoria política, que pasa por la gobernabilidad. La crisis es muy profunda y hay un deterioro y un malestar social explosivo. Cualquier gobierno futuro va a requerir un amplio consenso interno y una sólida alianza.

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—Aunque revoquen a Maduro y lo derroten electoralmente, ¿van a tender la mano?

Le vamos a tender la mano a todos los venezolanos. El proyecto político oficialista está derrotado, pero no está extinguido y nuestro propósito no es extinguirlo. Los únicos que pueden acabar con el chavismo como sentimiento e incluso como nostalgia, y que de alguna manera lo están logrando, son Maduro y compañía.

El imaginario chavista está ahí, aunque derrotado y golpeado. Nosotros, como demócratas, no podemos imaginar nuestra victoria a partir de la extinción del adversario. Eso no sería una victoria de los demócratas, ésa sería la victoria cultural del chavismo.

La victoria cultural e histórica de Chávez sería si Maduro perdiera las elecciones y nosotros hacemos un gobierno tan intolerante, tan atrabiliario, tan totalitario como el de Maduro. Para nosotros es una garantía para la salud de la democracia venezolana que el oficialismo pueda eventualmente reorganizarse y constituirse en oposición política que obtenga el espacio que el pueblo le otorgue con sus votos.

—Pero parte de los ciudadanos y de la MUD quiere revancha y así lo expresa.

Nosotros llevamos 17 años de un proceso absolutamente autoritario, pero cuando tú bajas de los actores de la contienda política al pueblo hay una necesidad de encuentro, de paz, de reconciliación como estrategia de supervivencia.

—¿Les cuesta controlar a aquellos más radicales dentro de la MUD?

Hemos hecho un trabajo eficiente acotando a aquellas personas que, dentro del ámbito opositor, pudiesen tener más tendencia a ceder a las presiones de la compulsión revanchista. (…) Hay que construir una paz tan robusta, tan poderosa que sea capaz de segregar y aislar a los violentos, y te digo los violentos, no los violentos del oficialismo.

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—¿Hay violentos dentro de la MUD?

Hay personas que por razones justificadas pueden sentir la convulsión por la revancha.

Cada vez es más fuerte la certeza en Venezuela de que si no construimos un país que sea vivible para todos no va a ser vivible para nadie. La victoria del proyecto que hoy luce ampliamente mayoritario no pasa por la extinción del contrario, pasa por su incorporación a un sistema de garantías y respeto mutuo.

—Dice que son una mayoría, pero eso no siempre se refleja en la calle. ¿No les está faltando saber traducir el malestar social en necesidad de cambio político?

El 6 de diciembre (de 2015, fecha del triunfo opositor en las elecciones legislativas) dimos una demostración de fortaleza. Y en la recolección del 1% de firmas (para el revocatorio) y en la validación de firmas dimos una demostración de fuerza.

Fue importante la participación de los sectores populares que eran tradicionalmente pro oficialistas. El referendo no es una consigna política aislada, es asumido como un recurso para dinamizar el cambio económico y social.

—¿Qué ocurre si no hay revocatorio en 2016?

El gobierno va a tener que pagar un costo político y social muy alto. Aquí no ha ocurrido nada más terminante por la expectativa de una situación política a partir del revocatorio. Si se le quita, el malestar se va a expresar sin cortapisas. Sería super evidente la condición precaria del gobierno.

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—Si hay un estallido social, qué papel jugaría la MUD: ¿alentaría o apaciguaría los ánimos?

Hasta ahora hemos hecho un esfuerzo inmenso por darle cauce democrático al malestar social. Si el gobierno negara la vía electoral, no nos quedaría más remedio que acompañar al pueblo en su reclamo por sus derechos económicos y sociales e incorporaríamos sus derechos políticos y de voto.

Es lo que está en cuestión: el derecho al voto.

—¿Y el revocatorio en 2017 sirve?

La historia no termina el 31 de diciembre de 2016. Ni la historia, ni el país ni la política.

Si el gobierno obstruye la solución electoral, se va a complejizar la situación política de tal manera que va a ser más exigente la construcción de una opción de cambio político.

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—El Consejo Nacional Electoral ya ha dejado ver que,si se celebra, el revocatorio será en 2017. ¿Qué les hacer ser tan optimistas para pensar que aún será en 2016?

Esos son los planes y la agenda del poder, pero el pueblo puede cambiar esa agenda.
Creemos que es perfectamente posible que la movilización del pueblo y la organización determinen la posibilidad de un cambio en la agenda del poder. Si el gobierno obstruye el proceso político, puede perderlo todo. ¿Revocatorio en 2017? Habría que ver en qué términos. Hoy lo que está planteado no es una posposición, sino una negación del derecho.

—Pero el gobierno tiene todo en la mano para hacer el revocatorio en 2016, en 2017 o para no hacerlo.

Eso no es así. Cada paso de este proceso ha sido producto de la lucha del pueblo. No tenemos duda de que se pueda lograr (…) Este gobierno es tan precario que lo único que tiene es el gobierno, pero no el poder.

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—Imagine que la oposición llega al poder. ¿Qué medidas concretastomaría? ¿Qué Venezuela quiere?

Tenemos listo un acuerdo de gobernabilidad y listo un proyecto con las 25 iniciativas indispensables para arrancar el inicio de la transición política en el área social, en el área política y en la de la recuperación institucional.

Si nosotros creemos de verdad que puede haber referendo y que si lo hay, habrá una situación que hará inevitable el cambio a corto plazo, tenemos que estar listos y tener certezas de qué vamos a hacer entre nosotros para poder ofrecerle al adversario una imagen clara de cuál va a ser su papel para el futuro, para que tenga un incentivo para viabilizar una solución pacífica.

Fuente: BBC

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